“Definitivamente este año 1994 habrá sido muy cruel para los bomberos de Maralpin”, recuerda el comandante Alain Bertolo. Él mismo, zapador retirado, es el “historiador” de Sdis06.
En noviembre de 1994, entonces joven cabo, fue uno de los primeros refuerzos en llegar al municipio de Puget-Théniers, devastado por la inundación del Var, al final de una “carretera épica” de más de cinco horas vía Coursegoules, Bézaudun. Roquesteron y el paso de Saint-Raphaël.
Al luchar, “pala de mano”un paso por caminos secundarios llenos de piedras y árboles talados.
Medalla colectiva para los bomberos de Maralpin
1994 comenzó con una primera catástrofe: el derrumbe de la losa del Casino Ferber de Niza el 26 de enero, que provocó la muerte de tres personas.
A principios del verano, el 26 de junio, las fuerzas de socorro de Maralpine se vieron obligadas a lanzar de nuevo “el plan rojo”. Esta vez a causa de las tormentas más torrenciales que cayeron sobre Siagne y Frayère, trayendo torrentes de agua y barro que afectaron a Auribeau, Cabris, Escragnolles, Pégomas, Peymeinade y Saint-Vallier.
El 11 de agosto se movilizaron nuevamente 400 bomberos. Para luchar contra las llamas, esta vez, que rodean peligrosamente el pueblo de Bonson.
Lo peor se evitará por poco gracias a su compromiso, a riesgo de sus vidas. En esta lucha titánica también resultaron heridos cuatro bomberos y dos vehículos se perdieron.
El incendio había arrasado más de medio millar de hectáreas. El Falicon que explotó al día siguiente recorrió más de 100 kilómetros.
La racha negra continuó el 31 de agosto, cuando un tornado, esta vez, arrasó todo el oriente del departamento. Dos meses más tarde, es el Var el que sale de su cama. ¡Tendremos que esperar 8 días para que finalmente comience la recesión!
Y sólo cuatro más para que el Ministerio del Interior conceda, algo rarísimo, una medalla colectiva a todos los bomberos de Maralpin por su valentía y dedicación en los distintos frentes de este año 1994, annus horribilis.