A menudo se le llama el primer partido en Francia. En cada elección, los políticos y observadores franceses examinan la abstención con especial atención. Pero ¿qué pasa en Estados Unidos? ¿Los estadounidenses, que se preparan para nombrar al nuevo residente de la Casa Blanca este martes 5 de noviembre, van a las urnas más que nosotros?
Spoiler: no. Tomemos el ejemplo de las últimas elecciones presidenciales a ambos lados del Atlántico. En 2020, para la elección de Joe Biden contra Donald Trump, entonces presidente, la participación fue del 66%. Aquí nos referimos a personas que tienen derecho a votar, pero que no necesariamente están inscritas en las listas electorales. Fue entonces la elección donde la participación fue la más alta desde… 1900.
Mayor participación en Francia
Para la reelección de Emmanuel Macron en 2022, la participación fue del 77,9% en la primera vuelta y del 75,5% en la segunda. En los últimos veinte años, las elecciones de 2022 son aquellas en las que la abstención fue mayor. En 2007, año del duelo entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal, la participación superó el 86% en ambas rondas.
Incluso cuando históricamente se encuentra en un nivel relativamente bajo, la participación francesa sigue estando muy por encima de la de Estados Unidos, que osciló entre el 51% y el 66% entre 1980 y 2024.
¿Desinterés estadounidense?
Sin embargo, sería apresurado concluir que existe una mayor falta de interés en la política entre los estadounidenses que entre nosotros. Si los métodos de votación son diferentes en varios aspectos, un parámetro ayuda a explicar la diferencia en la participación: la inscripción en las listas electorales. En Francia, todo ciudadano queda automáticamente inscrito en el censo electoral a la edad de 18 años.
En Estados Unidos, los procedimientos de registro de votantes varían de un estado a otro. Por ejemplo, algunos estados exigen documentos que demuestren la ciudadanía estadounidense del votante. Otros pueden reducir el tiempo que permanecen en las listas. También existe la práctica del “jaula”, utilizada por los estados conservadores, que consiste en eliminar de las listas a las personas que no responden a un correo electrónico. La Unión Americana de Libertades Civiles (Aclu), una ONG que tiene como objetivo promover el voto, enumera las restricciones al acceso al voto practicadas desde 2010 por diferentes Estados, abrumadoramente conservadores.
Mientras que en Francia el número de personas no registradas ronda el 5%, en Estados Unidos supera el 30%.