El pasado mes de junio, la agencia espacial estadounidense (NASA) estaba muy asustada. Durante una EVA, una salida extravehicular, dos astronautas, en el vacío del espacio, vivieron uno de los momentos más estresantes de sus vidas. Tracy Dyson comentó la situación en directo durante la retransmisión de la NASA y exclamó: “Hay agua por todas partes”.
Su traje sufría una fuga en el circuito de agua y un problema con la unidad de refrigeración. Aunque el problema es impresionante, este no es el primer intento de la NASA. La agencia espacial estadounidense ya se ha enfrentado Trajes de neopreno con fugas en abril de 2022.
Accidentes recurrentes
Los astronautas Raja Chari y el alemán Matthias Maurer vivieron la amarga experiencia de una fuga de agua directamente en el casco de Maurer. Mientras realizaban juntos una salida extravehicular para trabajar en la ISS, Maurer, para quien era su primera caminata espacial, vio gotas de agua y niebla en su visor al final de su salida.
La misión fue entonces abortada lo antes posible, como ya ocurrió en 2013 con el astronauta de la NASA Luca Parmitano. Él también había sido víctima de una fuga en su circuito de agua a la altura de la cabeza. Estas fugas, aunque muy leves, pueden tener consecuencias catastróficas para los astronautas.
En un traje completamente impermeable, donde los movimientos son muy complicados, una fuga de agua puede provocar, en el peor de los casos, el ahogamiento del astronauta. Durante el incidente de 2013 con Luca Parmitano, se encontraron casi 1,5 litros de agua en su casco. Una cantidad enorme, tanto que a Parmitano le costaba respirar.
trajes viejos
Estos incidentes, que no son los únicos, demuestran una cosa: los trajes espaciales de la NASA están demasiado desgastados. Usados desde hace casi 40 años, urge sustituirlos para evitar problemas de este tipo. Un traje espacial no es, contrariamente a la imaginación colectiva, una especie de exoesqueleto acolchado blanco que bloquea a los astronautas como caballeros con armadura.
Es ante todo una joya tecnológica, capaz de recrear la presión atmosférica en el vacío del espacio. El traje es la última defensa del astronauta contra el vacío. Sin traje, su supervivencia es de sólo unos segundos. Gracias a ello podrá pasar horas trabajando fuera de la ISS, en un entorno único.
Pero para ello, la combinación debe luchar constantemente contra 3 flagelos. La primera es la diferencia de presión. El segundo se refiere al enfriamiento del traje. Con un cuerpo a 37°C en su interior, podría convertirse rápidamente en un horno.
Finalmente, el último punto importante en el diseño de un traje es la resistencia a los rayos UV y otras radiaciones solares. Mucho más importantes en el espacio que en la Tierra, estos rayos pueden resultar mortales a largo plazo, facilitando el desarrollo de cánceres y otras enfermedades de este tipo.
Se vienen nuevas combinaciones
Consciente del problema de sus trajes, construidos en los años 1970, la NASA hizo un pedido de trajes nuevos a dos fabricantes privados. La empresa Axiom presentó recientemente su futuro traje, construido en colaboración con la casa de lujo Prada.
Por su parte, Collins Aerospace, que recibió 1.750 millones de dólares para construir estos trajes, aún no ha entregado ni un solo ejemplar a la agencia espacial estadounidense. Sin embargo, a este último le gustaría probar las combinaciones en la ISS antes de utilizarlas en la Luna, cuando regrese a nuestro satélite en 2026.
Mientras tanto, la NASA afirma haber resuelto el problema de sus viejos trajes espaciales. Están previstas nuevas caminatas espaciales para principios de 2025.
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