Las conversaciones entre Israel y Líbano están avanzando significativamente, con perspectivas de un acuerdo en las próximas dos semanas según varios medios israelíes. Una fuente cercana a las negociaciones, citada por el canal Kan 11, afirma que ni siquiera un posible ataque iraní debería obstaculizar este proceso diplomático.
La dinámica positiva se explica en particular por una rara alineación de los intereses estadounidenses e israelíes. La administración Biden, al igual que los posibles candidatos presidenciales Kamala Harris y Donald Trump, apoya activamente una resolución rápida del conflicto en el frente norte.
Los negociadores israelíes son particularmente optimistas y favorecen la eficacia de los mecanismos internacionales de aplicación en lugar de los detalles textuales del acuerdo. Según fuentes diplomáticas, ya existe un consenso sobre las principales líneas del texto, acompañado de una fuerte legitimidad internacional para garantizar su respeto, en particular en caso de un intento de rearmar a Hezbolá.
Un elemento crucial reside en la posición de Irán, que daría muestras de deseo de apaciguamiento, consciente de las importantes pérdidas sufridas por Hezbollah. Esta postura facilitaría considerablemente la conclusión de un acuerdo.
Para Israel, que afirma haber logrado avances militares sustanciales, la resolución del conflicto libanés antes de la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense el 21 de enero representa una gran oportunidad estratégica. Un resultado así permitiría al Estado judío redirigir sus recursos hacia lo que considera su principal desafío de seguridad: Irán.
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