CHISINAU (Reuters) – Los moldavos están llamados a las urnas el domingo para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, después de que la primera ronda de votación se viera empañada por acusaciones de interferencia rusa.
La presidenta proeuropea saliente Maia Sandu, que obtuvo el 42% de los votos en la primera vuelta, se enfrenta a Alexandr Stoianoglo, ex fiscal general apoyado por un partido prorruso.
El resultado de las elecciones se seguirá de cerca en Bruselas tras la victoria la semana pasada del partido Sueño Georgiano, actualmente en el gobierno y cercano a Moscú, en las elecciones legislativas celebradas en Georgia.
Desde el fin de la Unión Soviética, Moldavia ha alternado entre corrientes pro-Occidente y pro-Rusia. Bajo el liderazgo de Maia Sandu, el país inició en junio un largo proceso de negociaciones formales de membresía en la UE, que espera integrar para 2030.
El Kremlin, que acusa al Gobierno de Maia Sandu de rusofóbico, denunció una votación distorsionada con resultados “difíciles de explicar”.
En vísperas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, durante la cual también se organizó un referéndum sobre el acercamiento a la Unión Europea, las autoridades moldavas acusaron al empresario Ilan Shor, que reside en Rusia después de haber huido de Moldavia para escapar de la justicia.
Ilan Shor, condenado por fraude por intentar corromper al menos a 130.000 votantes, rechaza las acusaciones en su contra.
La policía tomó medidas enérgicas para evitar que se organizara nuevamente lo que describieron como un complot de compra de votos por parte de Ilan Shor.
Una fuente del gobierno moldavo dijo que Chisinau había informado a varios países europeos que creía que Rusia intentaría perturbar el voto de los expatriados moldavos.
Los colegios electorales podrían ser atacados en Francia, Italia, Alemania, España, Canadá, Rumania, Estados Unidos y Gran Bretaña, dijo la fuente.
(Versión francesa Camille Raynaud)
por Tom Balmforth y Alexander Tanas