“Sería un duro golpe”: en el Salón del Chocolate, detrás de su stand donde se alinean pequeñas ganaches cuadradas, Maxime Henry confiesa que está “preocupado” por la amenaza de impuestos más estrictos para los chocolateros. “Si los impuestos tienen que aumentar mañana, no tendremos otra opción que aumentar nuestros precios. (…) Pero sería difícil, porque llevamos cinco años luchando por mantener nuestros precios”, afirma el chocolatero que se hizo cargo de la empresa familiar Maison Henry en 2019. En cinco años, los costes de la energía, el azúcar y, más recientemente, El cacao ha aumentado significativamente. Otros artesanos mencionan una posible reducción en sus márgenes o porciones.
Si estos proyectos fiscales se materializaran, Sylvain Garcette, codirector de la pequeña empresa de cuatro empleados con sede en Tarn Ô Gourmandises d’Alice, presente en el salón por segundo año consecutivo, preferiría “quizás bajar en 100 a 90 gramos el peso de [sa] tablet”, convencido de que un coste demasiado elevado supondría un “desincentivo a la compra” para sus clientes.
Los fabricantes de chocolate emplean a 11.000 personas
Los compradores de la casa Pralus, que cuenta con 19 tiendas en Francia y una facturación de 25 millones de euros, son “amantes del chocolate, dispuestos a pagar un precio determinado”, analiza Hugo Pralus, director de producción de la familia chocolatera, “pero ahí. es un límite. » El aumento de un euro por parte de Pralus en el precio de una barra de chocolate negro al 75%, el primero en diez años, debido a la inflación del azúcar, no ha afectado los volúmenes de ventas este año. Pero un impuesto volvería a tener “un impacto directo en el precio del producto final”, lamenta Hugo Pralus, que no descarta la posibilidad de reducir su margen, actualmente “en torno al 15%” para una tableta de chocolate clásica.
Los chocolateros artesanos representan el 5% de las ventas en el mercado francés del chocolate y emplean a 11.000 personas, según su confederación. De ellas, el 87% son empresas de menos de 20 empleados.
Daniel Mercier, presidente de la asociación de chocolateros comprometidos, denunció un impuesto que considera contraproducente y que “corre el riesgo de llevar a los consumidores hacia productos de gama baja”. Aunque los artesanos se han esforzado en los últimos años por “reducir el contenido de azúcar y grasa” de sus productos, a diferencia de los fabricantes. “Si es necesario reducir el azúcar, puede ser en productos en los que no debería encontrarse. En conservas de verduras, comidas preparadas, como lasaña. El chocolate no se consume necesariamente a diario”, añadió el presidente de los chocolateros y pasteleros, Thierry Lalet.
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