lLa semana pasada, en el corazón de una Kiev resiliente pero exhausta, acompañé a una delegación de “Seguridad y Defensa” del Parlamento Europeo. Nuestros intercambios con el Primer Ministro ucraniano, sus ministros y algunos diputados fueron francos, llenos de dignidad y realismo. Pero ahora surge una pregunta: ¿puede Ucrania todavía ganar esta guerra?
La verdad es inquietante: a pesar de toda la valentía de Ucrania, Europa simplemente no tiene los medios para garantizar la victoria. En realidad, mantenemos a Ucrania en una guerra desesperada, alimentada por un apoyo insuficiente que le permita sobrevivir, pero nunca triunfar. Detrás de las promesas y declaraciones de solidaridad hay un límite que Europa no tiene ni los recursos ni la voluntad de cruzar.
LEA TAMBIÉN Ucrania: el despertar será brutalEn cuanto a los Estados Unidos, su apoyo sigue siendo esencial, pero extremadamente frágil. Para Washington, Ucrania no es una prioridad estratégica. Las preocupaciones estadounidenses están en otra parte: el giro hacia Asia, frente a una China percibida como la amenaza real a su hegemonía, y la protección de sus aliados cercanos, como Israel. En verdad, Estados Unidos puede retirarse de este conflicto en cualquier momento. Este apoyo, aunque masivo, no está en modo alguno garantizado en el tiempo. ¿Qué pasará si un retroceso político o una crisis en otro lugar empuja a Washington a reorientar sus esfuerzos? Para Ucrania, una retirada estadounidense significaría el colapso.
Para Ucrania, la prueba es interminable; para Europa, se vuelve insostenible
La determinación de Kiev es admirable, pero choca con una realidad militar que la abruma. Una cuarta parte de su territorio, en primer lugar, está bajo control ruso y Moscú continúa decididamente su invasión; Cada día, 29.000 proyectiles rusos caen sobre sus posiciones, frente a 17.000 en el lado ucraniano. Esta proporción de 1,5 para los rusos refleja la imposibilidad de los ucranianos de detener a sus atacantes; La maquinaria de guerra rusa está en marcha: en un año, según los servicios de inteligencia ucranianos, ha producido más de 1.150 tanques, 4.300 cañones y miles de drones. En comparación, Francia tiene 220 tanques en total. Ucrania está acorralada, mientras que Europa carece gravemente de recursos.
A esto se suma el invierno demográfico ucraniano. Desde el inicio del conflicto, Europa ha absorbido a casi 7 millones de refugiados, la gran mayoría de los cuales corren el riesgo de no regresar nunca. Las autoridades políticas ucranianas están preocupadas porque de una población inicial de 40 millones de personas sólo quedan 33 millones, sabiendo que la tasa de fertilidad de 1,54 hijos por mujer es baja. Por el contrario, Rusia tiene una población de alrededor de 140 millones de habitantes y, por tanto, una capacidad de movilización mucho mayor. El resultado del conflicto determinará la magnitud de este déficit demográfico con pérdidas humanas extremadamente importantes de varios cientos de miles de muertos y heridos en ambos lados.
LEA TAMBIÉN ¿Está Occidente condenado a perder la guerra en Ucrania? Mientras Kiev se prepara para entrar en un tercer invierno de bombas, Rusia promete acabar con la red energética de Ucrania para finales de año. Para Ucrania, la prueba es interminable. Para Europa, se está volviendo insostenible. ¿Y qué hacemos los occidentales? Europa del Este pide la derrota de Rusia, los anglosajones esperan su debilitamiento definitivo y Europa Occidental sueña con una paz ilusoria. La fragmentación de nuestra estrategia no hace más que empeorar el estancamiento. La verdad es que Europa no tiene ni la unidad ni el poder para poner a Rusia de rodillas.
La Unión Europea podría ofrecer a Ucrania el estatus de “socio privilegiado”
Entonces, ¿qué le queda a Ucrania? Le ofrecemos algo para sobrevivir, pero nunca algo que ganar. Dejamos que un pueblo valiente luche con medios insuficientes, sin ofrecerle nunca la esperanza de la victoria. Para Europa, el costo es demasiado alto. Para Estados Unidos, la prioridad está en otra parte. Y para Ucrania, este apoyo vacilante podría resultar fatal.
Ante este punto muerto, ¿podría finalmente surgir una solución diplomática? Si la ruta militar parece incierta, una resolución negociada que aborde las raíces profundas del conflicto podría ofrecer una salida. La historia de la región nos muestra cuán arraigados siguen siendo los antagonismos y las ambiciones territoriales. Un compromiso realista sería considerar que Rusia limite sus reclamos a la adquisición de Donbass y Crimea, teniendo en cuenta al mismo tiempo la importancia de la estabilidad regional. Para Moscú, esto requeriría el reconocimiento incondicional de la soberanía de Ucrania, así como la aceptación de su vínculo definitivo con Occidente, garantizando una seguridad suficiente para disuadir cualquier repetición.
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En este contexto, la Unión Europea podría ofrecer a Ucrania el estatus de “socio privilegiado”, fortaleciendo su desarrollo económico y su integración política. Este estatus permitiría a Ucrania beneficiarse de un mayor apoyo de Europa, al tiempo que la situaría en el concierto europeo. Para responder a las amenazas, Europa no tiene otra opción que dotarse de un poder disuasivo incomparable, construir una defensa autónoma, adaptada a la nueva situación geopolítica, y abrir una vía específica de cooperación a otros Estados del antiguo bloque soviético que la buscan. protección y estabilidad.
* Christophe Gomartgeneral de cuatro estrellas y eurodiputado de Les Républicains desde junio de 2024, es vicepresidente de la subcomisión “Seguridad y Defensa” del Parlamento Europeo.