Un puente se derrumbó en el sureste de España, cerca de Valencia, debido a las fuertes inundaciones que azotaron la región durante la noche del martes al miércoles.
El sureste de España cura sus heridas este jueves 31 de octubre. Después de las terribles inundaciones que azotaron la región y dejaron al menos 158 muertos durante la noche del martes al miércoles, el país está viendo la magnitud de los daños. Cabe destacar el espectacular derrumbe de un puente en la autopista AP-7, al norte de Valencia.
Según la Agencia Meteorológica Nacional (Aemet), sólo durante la noche del martes al miércoles cayeron más de 300 litros de agua por metro cuadrado (o 30 cm). En el pequeño pueblo de Chiva incluso se registró un máximo de 491 litros (49,1 cm), el equivalente a “un año de precipitaciones”.
El miércoles, un puente de la AP-7, la autopista que conecta Francia con Alicante pasando por Barcelona y Valencia, no pudo resistir las aguas embravecidas y los torrentes de barro. Su colapso bloqueó el tráfico en una dirección.
Este jueves, más de 1.200 soldados estaban desplegados sobre el terreno, especialmente en la búsqueda de supervivientes. Las condiciones del tráfico son difíciles y los residentes deben quedarse en casa. Las autoridades locales han insistido en la necesidad de reservar vías transitables para los servicios de emergencia.
El rey Felipe VI también advirtió a los habitantes del sureste del país, asegurando que el episodio meteorológico que provocó estas terribles inundaciones “aún no ha terminado”.
Seguidamente se refirió a la “alerta roja” emitida este jueves por la mañana por Aemet para la provincia de Castellón, situada al norte de Valencia. Este nivel de alerta, el más alto, es sinónimo de precipitaciones muy intensas y de un riesgo extremo en términos de inundaciones.
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