El número de víctimas podría aumentar en las próximas horas, ya que continúan las búsquedas y un número indeterminado de personas siguen desaparecidas.
Las consecuencias de las inundaciones de los últimos días son extrañamente similares a los daños causados por un huracán o un tsunami.
Vehículos destrozados, ramas de árboles, líneas eléctricas caídas y enseres domésticos, todo ello sumido en una capa de barro, cubren las calles de Utiel, una de las decenas de localidades de la región de Valencia, muy afectada, donde murieron 92 personas entre el martes por la tarde y el miércoles por la mañana. .
Muros de agua corriente convirtieron las calles estrechas en trampas mortales y generaron ríos que destrozaron las plantas bajas de las casas y arrasaron automóviles, personas y todo lo que encontraron a su paso.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, visitará la región para ver los daños de primera mano, mientras el país comienza un período de luto oficial de tres días.
“El barrio está destruido, todos los coches están uno encima del otro, está literalmente destruido”, señaló Christian Viena, propietario de un bar en el pueblo valenciano de Barrio de la Torre.
Miles de personas se quedaron sin agua ni electricidad y cientos más quedaron varadas después de que sus automóviles fueran destruidos o se bloquearan las carreteras. Unas 70 personas fueron rescatadas con helicópteros.
La región sigue parcialmente aislada, ya que varias carreteras están intransitables y el servicio de líneas ferroviarias está interrumpido. La línea del tren de alta velocidad a Madrid no será reparada hasta dentro de varios días, han advertido las autoridades.
Si bien Valencia fue la más afectada por la tormenta, se reportaron otras dos víctimas en la vecina región de Castilla La Mancha. Andalucía Sur registró un fallecimiento.
La relativa calma del día siguiente también dio tiempo para reflexionar y preguntarse si las autoridades no podrían haber hecho más para salvar vidas. Se critica al gobierno regional por no enviar alertas de inundaciones a los teléfonos móviles antes de las 20.00 horas del martes, cuando las inundaciones ya habían comenzado en algunas regiones.
La costa mediterránea de España está acostumbrada a las tormentas otoñales que pueden provocar inundaciones, pero ésta fue la inundación repentina más potente de los últimos años.
Los científicos relacionan este fenómeno con el cambio climático, que también está detrás del aumento de las temperaturas y de las sequías en España.