En los últimos días, los ojos de los comentaristas políticos se han fijado en la Asamblea Nacional para seguir los debates presupuestarios. Aunque eso signifique olvidar que durante este tiempo se juegan dos partidos mucho más importantes para el futuro de Europa, pero también para el de Francia: la cumbre de los Brics organizada por Vladimir Putin y las elecciones presidenciales estadounidenses. Para Natacha Polony, directora editorial de “Marianne”, parece que las convulsiones del mundo todavía no llegan a la pequeña clase político-mediática francesa, que debería, sin embargo, pensar en formas de evitar la desaparición definitiva de Europa.
Todas las miradas se han vuelto, estos últimos días, hacia la Asamblea Nacional, para seguir la gigantomaquia de los debates presupuestarios: tanto éxito en restablecer la mitad del impuesto a las viudas, tan improbable alianza para aprobar un impuesto del 2% sobre la riqueza de los multimillonarios… Sabiendo que todo esto probablemente será borrado por la pizarra mágica del 49.3 y que nadie sabe por el momento si el Primer Ministro pretende, como afirmó, tener en cuenta los debates de los diputados para hacer evolucionar su texto. En definitiva, un juego de rol como el de la clase política francesa tiene el secreto. Los comentaristas no se cansan de ello. Aunque eso signifique olvidar que en estos momentos se juega un partido mucho más importante para el futuro de Francia. El día después de la cumbre de los Brics y a pocos días de las elecciones presidenciales estadounidenses, parece que las convulsiones del mundo todavía no han llegado a la pequeña clase político-mediática francesa.
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