“Es la mitad de lo que cae en Bélgica en un año… el fenómeno no va a parar”

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En apenas unas horas, un verdadero diluvio azotó la región de Valencia, en el este de España. Las calles, convertidas en torrentes de agua y barro, arrastran coches, infraestructuras y objetos, arrasando con todo lo que encuentran a su paso. 24 horas después del inicio del desastre, se reportaron 51 víctimas, entre niños y bebés, y muchas personas estaban desaparecidas.

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“Es una situación provocada por una caída de frío en altitud”, explica David Dehenauw, jefe de la sección meteorológica del Real Instituto Meteorológico de Bélgica (IRM). “Debido a la ola de calor de este verano, la temperatura del Mediterráneo sigue siendo alta. Este calor no desaparece y el enfriamiento se produce cada vez más lentamente. »

Si las capas inferiores permanecen calientes, el aire en altitud se ha enfriado, provocando una gota fría. “Estos contrastes térmicos provocan lluvias muy intensas”, confirma David Dehenauw. Ya en septiembre, el fenómeno estaba a las puertas de Bélgica y preocupó a Luc Trullemans.

Sin embargo, este fenómeno no es el único motivo que explica las lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana: un anticiclón, actualmente sobre Francia y Bélgica, bloquea esta gota fría, que por tanto permanece allí.

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“En un día cayeron 400 milímetros”, continúa el director meteorológico del IRM. “Eso es la mitad de lo que cae en Bélgica en un año”. El relieve del litoral andaluz también explica, en parte, este severo clima. “En cuanto a la topografía, el relieve no es plano. Esto influye, porque las nubes que vienen del Mediterráneo se unen a las demás nubes. Esto crea un efecto estacionario y las nubes se vacían en su lugar”.

Tan violento como repentino, este fenómeno de la gota de agua no es una anomalía y, lamentablemente, podría repetirse en los próximos años, como señala David Dehenauw: “Lo vemos todos los años en todo el Mediterráneo, ya sea en Turquía, España, Francia o Italia. Cada otoño, después de un verano caluroso, es lo que vemos desde hace siete u ocho años. Esto continuará, quizás no todos los años, pero el fenómeno no se detendrá. »

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