Del 19 al 27 de octubre, Michael Habib se propuso correr hasta Dijon desde París, casi 400 kilómetros. Asumió este desafío para ayudar a Milla, que sufre de leucodistrofia, y así recaudar fondos para la pequeña.
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Es una recaudación de fondos para la esperanza. Michael Habib tiene 39 años, vive en Tart le Haut (Côte-d’Or) y desde este sábado ha corrido cerca de 250 kilómetros. Pero ¿cómo acabó este presentador deportivo recorriendo 48 kilómetros diarios?
Todo empezó hace cuatro años cuando perdió a su madre. “Necesitaba exteriorizar mi dolor y me hizo mucho bien. Necesitaba superarme inmediatamente y lo hice de forma extrema ya que hice un maratón tres meses después pero me fue mal”.
Sin embargo, Michael no se rinde. Sueña con recorrer Francia corriendo, pero quiere que su aventura tenga un propósito. “No quiero quitarme la luz”se justifica. Luego conoce a Milla, una niña de ocho años.
Milla tiene un Enfermedad rara, leucodistrofia tipo Canavan. A su edad no puede sostener la cabeza, no habla y no camina. “Eso Fue amor a primera vista. También tuve un buen presentimiento con la madre y le ofrecí intentar recaudar fondos”.dice Miguel.
Este facilitador deportivo de 39 años se propone entonces un primer reto en 2023: llegar a Dijon desde Lyon corriendo, es decir, 228 kilómetros. Una apuesta acertada ya que acabó su carrera en tierra de los Duques y recaudó cerca de 3.000 euros. Con este dinero, Milla ahora tiene nuevo equipo para sostener su cabeza en alto.
Si Michael estaba al final de su desafío, no fue fácil. Luego inició una verdadera preparación física para su próximo objetivo: París – Dijon en ocho días, casi 400 kilómetros. “Es necesario un coche médico para Milla. El actual puede fallar en cualquier momento. Gracias a este coche podremos completar el proyecto para traerla a España para tratarla y permitirle progresar. Allí hay una clínica muy buena a la que fue cuando era pequeña, pero es cara”. El coche cuesta entre 10.000 y 12.000 euros.
Después de varios meses de preparación, Michael abandonó la capital el sábado 19 de octubre. Desde hace varios días recorre una media de 48 kilómetros por etapa. “Me las arreglo para comer, beber, dormir, cuidarme, dirigirme. Es una aventura extrema, es mentalmente difícil porque estoy solo 10 horas al día en carreteras que a veces son muy aburridas. Yo también necesitaba salir, encontrarme con la gente que perdí”.
El único inconveniente es que el premio acumulado no crece tan rápido como esperaba. Ella tiene “solo” Llegó a los 600 euros, pero Michael no pierde la esperanza. “Esto es lo que me molesta un poco. Es posible que la gente esté esperando hasta fin de mes para participar. Cada vez que veo una donación, me anima y me da fuerza.”
Michael no está solo en este desafío. Comparte su aventura a diario en Facebook e Instagram. Y por la noche podrá contar con la solidaridad de quienes lo siguen. “ISe pusieron en contacto conmigo cuando publiqué mi itinerario. El objetivo es compartir, eso es lo que busco, y también compartir la historia de las personas a las que acudo. j“Por ejemplo, encontré una madre anfitriona que me cuidó durante años.”
También le siguen varias marcas. Para ayudarlo en su aventura, uLe ofrecieron una tarjeta de restaurante, le equiparon una marca deportiva y algunos dan un euro por cada kilómetro recorrido. Si todo va bien, Michael llegará a Chevigny-Saint-Sauveur el domingo 26 de octubre por la tarde. Los últimos metros los hará con la pequeña Milla en su silla de ruedas. “Me dan escalofríos sólo de pensarlo”.admite.
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