Dulces, biológicas, muy rojas… Las fresas de Alsacia están en la boca de todos. Para grandes y pequeños la recolección libre de estos frutos se ha convertido en una actividad familiar y local.
Fresas con nata montada, batido, helado… Para el deleite de niños y mayores se ha abierto la recogida gratuita de fresas en Duppigheim (Bajo Rin). Este principio se ofrece desde 2013 en esta explotación de agricultura ecológica, donde las fresas representan el 40% de su facturación.
Si bien la temporada comenzó antes de lo esperado, fue bajo un hermoso sol este jueves 9 de mayo que varias familias y clientes habituales vinieron a divertirse y realizar una pequeña excursión divertida. En las plantaciones, manitas se ocupan de recoger los frutos. “¡Son deliciosos! Compruebo si están realmente rojos antes de cogerlos.”, explica Mahé, de 7 años.
“Además son orgánicos así que sabemos que le estamos dando cosas buenas a nuestros hijos.”, se alegra una madre que viene varias veces a lo largo de la temporada. A medida que avanza la recogida, las cestas empiezan a volverse muy pesadas. “vamos a comerlo todas las noches”, sonríe Marie-Claude, una recolectora habitual.
De media, la gente se marcha con entre 2 y 5 kg de fresas. El precio es ligeramente superior al del año pasado, explica el productor Paul Heckmann: “Hemos aumentado 10 céntimos por kg, debido a las lluvias, que requirieron mucho más trabajo de deshierbe y corte”.
La cosecha de fresas es una oportunidad para que muchas familias realicen una actividad local divertida.
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© Guillaume Bertrand – France Télévisions
Un aumento que no afecta al placer de los visitantes. “No es muy caro, es ecológico, es local y hace buen tiempo: es una apuesta segura”, explica un habitual desde hace tres años que trajo a su hija. Una decena de variedades se sucederán hasta finales de junio.
