Contra el Atalanta, el Marsella no pudo hacer nada. Los olímpicos fueron aplastados en su vuelta de semifinales de la Europa League (3-0) este jueves 9 de mayo y vieron desaparecer su sueño de una final, destrozado por el dominio atlético y técnico italiano.
Atalanta Bérgamo fue simplemente mucho mejor. Sin arrepentimiento, sin debate, pero con dolor, el OM fue barrido este jueves por la noche (3-0). Primero, como en el partido de ida, sentimos que los marselleses querían dejar pasar la tormenta de los primeros minutos. Sólo que, a diferencia de la lluvia tormentosa, que es intrínsecamente muy corta e intensa, la de esta semifinal duró toda la primera media hora de partido. Un comienzo de partido en el que, caricaturizando un poco, los italianos atacaron con fuerza y los focenses defendieron lo mejor que pudieron y luego buscaron los pies de Pierre-Emerick Aubameyang para iniciar los contraataques.
Una estrategia que podría haber dado sus frutos. Porque con corazón y mucho acierto, como lo demuestran el golpe al poste de Charles De Ketelaere (6º) y el larguero de Gianluca Scamacca (24º) cuando el gol estaba listo, los olímpicos pensaron que podían cambiar el rumbo. Sin olvidar que esta tarde Mistral no estaba en el campo, el partido se jugaba en Bérgamo. Así, cuando los hombres de Jean-Louis Gasset creyeron que la tormenta había pasado y se mostraron más emprendedores, se expusieron.
El marcador inicial no despertó al OM
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