Cuando miras de cerca una fresa, ves pequeños puntos distribuidos uniformemente. Y si están ahí no es casualidad. Desempeñan un papel real, así que descubre cuál.
De abril a junio es la temporada de fresas. Solo, con azúcar, nata, helado o en tarta, hay mil formas de disfrutar de este fruto rojo. También existen muchas variedades: gariguette, ciflorette, charlotte, mara des bois o gourmandine. Todos ellos tienen un olor particular y un dulzor más o menos consistente. Eso es por las diferencias. Por otro lado, también tienen características similares: notarás que todos tienen pequeñas semillas que crujen entre los dientes. ¿Para qué se pueden usar? ¿No tienes una idea?
La fresa tiene una particularidad respecto a otras frutas, porque su reproducción se realiza en la tierra. Los tallos pequeños (estolones) echan raíces cerca de la raíz madre y forman una nueva planta de fresa. ¿Y las semillitas? Se llaman aquenios y son, de hecho, los verdaderos frutos. Al caer al suelo permiten la formación de nuevas plantas. Lo que comemos, la parte jugosa y roja es simplemente el receptáculo carnoso. Por lo tanto, la fresa no sería del todo una fruta “real”, al menos en el sentido botánico del término. Por lo tanto, se considera un “poliaceno”, o una fruta múltiple compuesta por… ¡aquenios! Lo que significa que cuando lo comes, ingieres decenas de fresas. ¡Sorprendente, verdad!
Pero entonces, ¿qué pasa si plantamos los aquenios en la tierra? Imagina que es posible tener una planta de fresa. Ojo, el funcionamiento no es fácil y requiere un poco de habilidad en jardinería. Se aconseja triturar la fresa en un colador, mientras se enjuaga delicadamente con agua la pulpa triturada para recuperar los aquenios donde se encuentran las semillas. Luego hay que secarlas y guardarlas en un sobre hermético para poder plantarlas a partir de enero. La mejor temporada para empezar.
Ahora ya sabes qué parte de la fresa es realmente el fruto y sobre todo que esas pequeñas semillas, a las que no les prestamos atención, son al fin y al cabo muy importantes. Cuando alguien cuestione sus roles, puedes recuperar tu fresa. En cuanto al receptáculo que sólo desempeña un papel de apoyo, eso no nos impedirá seguir apreciándolo por su sabor jugoso y muy sabroso.