“No voy a extraditar a Bozizé, quiero que quede claro”

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AFP

Argentina: segundo paro general contra una Milei imperturbable y satisfecha

Cinco meses de gobierno, dos huelgas generales -la segunda el jueves-, manifestaciones de diversa magnitud casi a diario: las calles de Argentina alzan la voz ante el presidente ultraliberal Javier Milei, todavía íntegro en su programa de austeridad, con resultados iniciales ambivalentes. Trenes, ni autobuses, ni metro durante 24 horas: la capital, Buenos Aires, debería sonar vacía el jueves, sin gran parte de los 3 millones de personas que pasan por allí cada día, la mayoría en transporte público. Se realizarán unos 400 vuelos. La huelga “contra un ajuste brutal, en defensa de los derechos laborales y sindicales, y de un salario digno”, iniciada por varios sindicatos, entre ellos la poderosa CGT, fue cancelada y afectó a 70.000 pasajeros, según la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo. Mucho más que el del 24 de enero (sólo 12 horas), un semifracaso burlado por el gobierno como “el paro más rápido de la historia” porque fue anunciado en diciembre, 18 días después de la toma de posesión de Milei. La presidencia denuncia una huelga “estrictamente política” y que los sindicatos “baten récords de velocidad y número de huelgas”, frente a un gobierno que “apenas asume sus funciones”. Sindicatos que van “en contra de lo que la gente votó hace cinco meses”. El impacto político, sin embargo, podría ser menor que el de las grandes marchas en defensa de la universidad del 24 de abril (un millón de manifestantes en todo el país), la mayor movilización hostil a Milei. fecha, y “una lección para él: la primera vez que chocó contra un muro en la opinión pública, porque lo que estaba en juego era un bien colectivo, transversal”, estima el politólogo Gabriel Vommaro – Núcleos de apoyo – Pero “por esta razón, “No hay que sobreinterpretarlo”, se apresura a añadir a la AFP el analista. Porque, elegido como “un hombre providencial que llegó para resolver problemas que las elites del pasado habían dejado tirados”, Milei “conserva en la opinión pública núcleos de apoyo ilesos, o al menos bastante sólidos”. Con una ligera inflexión en abril, varias encuestas recientes sitúan a Milei oscilando entre un 45 y un 50% de imagen positiva: fue elegido con un 56%. Una forma espectacular de estabilidad para un gobernante que infligió en pocos meses, entre devaluación, precios liberados, “recorte” del gasto y ayudas públicas, “el mayor ajuste de la historia de la humanidad”, como le gusta recordar al anarcocapitalista. Además, el corrosivo Milei, “sin cambiar su personalidad y su discurso agresivo”, está viviendo “un aprendizaje político”, considera Rosendo Fraga, politólogo de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. a finales de abril (al menos en la Cámara Baja) de su conjunto de reformas desreguladoras, un proyecto modificado, acotado y planificado, es “importante”: muestra a un Milei “más flexible en la práctica, suavizando la ideología”, y que “Puede articular una coalición para gobernar, a pesar de su débil fuerza” de 37 diputados sobre 257. – ¿Sacrificio inútil o éxito? -¿Desaceleración de la inflación, del 25% sólo en diciembre al 9% previsto para abril, o una recesión preocupante, con una caída de la actividad del -3,2% en un año? ¿”Hazaña histórica” ​​(dixit Milei) de un presupuesto con un superávit en el primer trimestre, sin precedentes desde 2008, o un oscuro historial de pobreza (41,7% oficialmente), en niveles no vistos desde 2006? ¿Se centran según ellos en el balance de? Las cuentas bancarias, la reducción del riesgo país o el impacto microsocial, la pérdida de empleos, oposición y gobierno se lanzan pistas en la cara: “Sacrificio inútil del pueblo”, denuncia la expresidenta Cristina Kirchner. “Nuestro plan está funcionando”, proclama Milei. Pero los economistas, incluidos los liberales, están preocupados por “las consecuencias”. “Milei tiene (…) sólo una variable en mente: la inflación”, estima Carlos Rodríguez, otrora cercano a los nuevos. presidente. “El plan de ajuste es simplemente no pagar nada, con una reducción de costes en todos los sectores en estos primeros meses. Pero no veo un plan más allá de la huelga, que parece destinada a no tener ningún impacto en la política seguida, es difícil”. “El límite del ajuste son los ajustados y su capacidad de resistencia quienes lo imponen”, reconoce Carlos Heller, ex banquero y diputado de la oposición.bur-pbl/lab/. roca

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