“Toma de rehenes” o “deber de movilización”, la ocupación de varios edificios de la Universidad de Lausana (UNIL) y de la EPFL suscitó numerosos discursos el martes durante la sesión del consejo de Grand Vaud. Como recordatorio, desde el jueves una sala de la UNIL ha sido ocupada por manifestantes pro palestinos. Un movimiento seguido el martes por simpatizantes, en particular en la EPFL y en la Universidad de Ginebra.
En el seno de la legislatura cantonal las posiciones estaban bastante claras. “La UNIL y la EPFL no deben ser objeto de chantaje por motivos ajenos al contexto académico”, respondió Romain Belotti de la UDC. Este último declaró que temía las repercusiones que las manifestaciones pudieran tener en el período de exámenes, lamentando de paso que se estuviera “tomando como rehenes” a los estudiantes.
Ante los mismos temores, la PLR Florence Bettschart-Narbel exigió “medidas para que la comunidad universitaria recupere la calma, para prepararse para el fin de año y los exámenes”. En su discurso recordó, entre otras cosas, que la semana pasada se organizaron en la UNIL cursos sobre el conflicto en Gaza. Y comentó: “Eso es libertad académica: poder debatir dentro de un marco institucional, y no la ocupación ilícita de locales”.
En la izquierda el discurso es completamente diferente. El Ensemble à Gauche y el grupo POP expresaron “su profundo apoyo” a la movilización, a través de la voz de la diputada Élodie López. “Mientras Israel no se detenga y respete el derecho internacional, es un deber movilizarse siempre que sea posible”, argumentó el funcionario electo. “Nada ni nadie está en peligro ni tomado como rehén”, declaró también, en reacción a los comentarios de Romain Belotti.
La misma historia del socialista Romain Pilloud: “Las reivindicaciones no impiden ningún curso, ninguna actividad de la UNIL”. Por ello pidió “renunciar a cualquier posible evacuación policial de un movimiento no violento”. El grupo socialista también se ha comprometido a interrogar al Consejo de Estado “sobre posibles colaboraciones entre el Estado, sus órganos y las instituciones israelíes”.
