En el undécimo día del juicio a Trump, sudor, binoculares y lágrimas

Reportaje Este viernes 3 de mayo fue un día clave en el primer juicio penal contra el candidato a la Casa Blanca, acusado de haber falsificado documentos contables para impedir la revelación de su romance con una ex actriz porno.

Es algo extraordinario estar cuatro filas detrás del cuello de Donald Trump. Tener una vista impresionante de su cabello rubio platino peinado hacia atrás, que deja al descubierto su cuero cabelludo rosado en algunos lugares. En este undécimo día, el juicio del primer presidente estadounidense juzgado por un delito ha alcanzado velocidad de crucero en el Tribunal Penal de Manhattan. Y hemos ganado el santo grial: un lugar en la sala real donde se encuentran los protagonistas del juicio en carne y hueso, y no en la segunda sala reservada al resto de periodistas que deben contentarse con su retransmisión en pantalla.

Sentados tranquilamente en nuestros bancos, somos disciplinados como en un salón de clases mientras esperamos que comience la audiencia, bajo la supervisión de dos guardias nada afables que nos gritan instrucciones: ni teléfono, ni comida, ni refrescos. Para ir al baño hay que levantar la mano. Uno de los dos agentes de policía es conocido entre los habituales del tribunal. A nuestro lado, Norman Eisen, analista de CNN y ex embajador de Barack Obama en Praga…