Según se informa, el gobierno de Estados Unidos se dispone a reclasificar el cannabis como una droga “menos peligrosa”.
Una decisión que podría tener importantes repercusiones económicas, en la investigación médica o incluso en restricciones regulatorias y fiscales.
Hoy en día, la sustancia está clasificada en la categoría 1, la de las drogas consideradas muy adictivas.
Las autoridades estadounidenses podrían confirmar a principios de semana que el cannabis será reclasificado como droga menos peligrosa al otro lado del Atlántico. En concreto, el cannabis podría pasar así de la categoría 1, la de las sustancias consideradas muy adictivas y sin beneficios médicos (como la heroína), a la categoría 3. En esta última se encuentran algunos medicamentos, por ejemplo la codeína.
En la práctica, el Departamento de Justicia estadounidense decidiría así convertir el consumo de marihuana en un delito federal menos grave. Las sanciones por el uso de drogas de categoría 3 son menos severas según la ley federal. El presidente Biden, candidato a la reelección en noviembre, lanzó una revisión de la clasificación de las drogas en 2022. Se trataba entonces de cumplir una importante promesa de campaña para los miembros más izquierdistas de su base política.
Hacer que las leyes estatales y federales sean más consistentes
Según los medios estadounidenses, “reclasificación marijuana representa un primer paso para cerrar la brecha entre las leyes estatales y federales sobre el cannabis”.. De hecho, es necesario tener en cuenta que este medicamento “es legal de alguna forma en casi 40 estados”. Si esta reclasificación no es sinónimo de legalización, esta decisión se ve como una puerta abierta a más investigación y uso médico. Al mismo tiempo que conduce a sanciones penales más leves y a una mayor inversión en el sector del cannabis.
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Hace unos meses, Joe Biden sugirió que Estados Unidos debería reconsiderar las sanciones relacionadas con el cannabis. “Los antecedentes penales por consumo y posesión de marihuana han impuesto barreras innecesarias al empleo, la vivienda y las oportunidades educativas”explicó el presidente estadounidense en diciembre.
Quienes se oponen a tal flexibilización de la legislación temen que una reclasificación del cannabis trivialice su consumo y afecte a un mayor número de consumidores. Se invoca entonces el riesgo de un cambio gradual hacia otras drogas, consideradas más peligrosas. Por el contrario, se alzan voces para exigir que se reorienten los importantes recursos invertidos en la lucha contra el cannabis. En particular, para prevenir los peligros de sustancias como el fentanilo, responsable por sí solo de más de 100.000 muertes al año en Estados Unidos.
