El desfile de testigos se reanuda el martes en Nueva York en el juicio a Donald Trump por pagos ocultos a una ex estrella del porno, donde el ex presidente de Estados Unidos también ve la amenaza de una condena por desacato tras sus invectivas al margen de los debates.
Después de un largo fin de semana, el candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2024 está de regreso en el tribunal de Manhattan para su tercera semana de comparecencia en este juicio que durará de seis a ocho.
El primer expresidente de la historia de Estados Unidos juzgado penalmente, Donald Trump, de 77 años, corre el riesgo de ser condenado y, en teoría, hasta de prisión en este caso, uno de los cuatro en los que se le imputa.
También es probablemente el único antes de las elecciones del 5 de noviembre, durante las cuales sueña con vengarse de Joe Biden, tras su salida caótica de la Casa Blanca en enero de 2021.
Donald Trump está siendo procesado por 34 falsificaciones de documentos contables que supuestamente se utilizaron para ocultar un pago para encubrir un posible escándalo sexual en la recta final de la campaña presidencial de 2016.
Los 130.000 dólares fueron pagados a la ex estrella porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una relación sexual que afirmó haber tenido con él en 2006, cuando ya estaba casado con su esposa Melania. Una relación que él niega. La fiscalía habla de un “complot” para “falsificar” las elecciones, cuando la defensa de Donald Trump lo ve como el funcionamiento normal de la democracia.
Como en sus otros problemas judiciales, Donald Trump denuncia “una caza de brujas” y un juicio que le obliga a comparecer ante un tribunal “congelado” en lugar de hacer campaña.
Cáscara vacía
Después de una primera semana dedicada a la selección del jurado, los debates se centraron durante cuatro días en el extenso testimonio de un ex jefe de prensa sensacionalista, que preparó el escenario del caso. David Pecker, propietario de “The National Enquirer”, describió cómo ayudó a la campaña de Donald Trump en 2016 comprando derechos exclusivos sobre otros dos testimonios potencialmente provocadores de escándalos.
Todo tras una reunión en el verano de 2015 con Donald Trump y su exabogado Michael Cohen. Pero David Pecker, a quien no se le había reembolsado, se negó a pagarle a Stormy Daniels cuando surgió su caso.
Se espera que el martes se reanuden las audiencias con el testimonio del ex banquero de Michael Cohen. Ya ha empezado a decir que su cliente le pidió que abriera una cuenta para una nueva empresa, en realidad un cascarón vacío que se utilizó para pagar a Stormy Daniels.
Posteriormente, el abogado fue reembolsado, en 2017, por el grupo de empresas de Donald Trump, la Organización Trump, por los gastos registrados como “gastos legales”, de ahí el procesamiento por falsificación contable.
40 testigos potenciales
Al inicio del juicio, el juez Juan Merchan enumeró los nombres de unos cuarenta posibles testigos, entre ellos Michael Cohen, Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, pero también uno de los ex estrategas políticos de Donald Trump, Steve Bannon, o su ex. la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Hope Hicks.
Los fiscales se niegan a revelar a los testigos con anticipación, argumentando que Donald Trump busca intimidarlos a ellos y a los jurados a través de sus publicaciones en su red Truth Social. La semana pasada ya pidieron al juez que le condenara por desacato a una multa de 1.000 dólares por publicación incriminada, la máxima, y que le recordara que el encarcelamiento sigue siendo “una opción si es necesario”.
Incluso antes de que el juez fallara, los fiscales plantearon tres nuevos ataques de Donald Trump, incluido uno contra los miembros del jurado, a quienes describió como “95% demócratas” para dar a entender que no serían imparciales. El jueves se dedicará una nueva audiencia a este punto al margen de los debates.
