Un accidente de tránsito provocó la muerte de un conductor de Uber en Brasil el 31 de marzo.
El empresario, de familia adinerada, tenía derecho a favores que conmocionaron a la opinión pública.
El asunto provocó fuertes reacciones en los medios y en las redes sociales.
Una noticia que sacude a Brasil. Hace casi un mes, la noche del 31 de marzo, se produjo una colisión mortal en Sao Paulo, la capital financiera del país. La única víctima del accidente fue el conductor de Uber, Ornaldo da Silva Viana, de 52 años, que murió a causa de las heridas en el hospital. El otro conductor, un hombre de 24 años, iba al volante de un Porsche.
Este último, de familia adinerada, había salido de fiesta en el deportivo de su padre. Según los primeros elementos revelados por las cámaras de vigilancia, el hombre impactó a gran velocidad la parte trasera del vehículo del conductor de Uber. En ese momento iba acompañado por un amigo, sentado en el asiento del pasajero, quien posteriormente reveló a la policía que el joven conductor estaba borracho.
Una acción legal muy controvertida
Pero es la secuencia de acontecimientos la que incendiará a la opinión pública. Después de la colisión, la madre del conductor del deportivo acudió al lugar y convenció a los dos policías militares presentes de que debía llevar a su hijo al hospital para una radiografía. Contra el protocolo en estas circunstancias, tal y como informan nuestros compañeros deEl Paísla policía permitió que el principal sospechoso se marchara sin someterse primero a una prueba de alcoholemia.
Cuando la policía se presentó en el hospital, ninguno de los dos protagonistas estaba presente ni en su domicilio. Pasaron casi dos días hasta que el sospechoso se presentó en la comisaría.
Tras esta sucesión de incidentes, la policía solicitó en tres ocasiones que el autor del accidente fuera puesto en prisión preventiva, que se le confiscara el pasaporte y se le suspendiera el permiso de conducir. A pesar de las pruebas contundentes, el hombre escapó de prisión pagando una fianza de medio millón de reales, el equivalente a 90.000 euros. Una situación que ha reavivado las tensiones en este país marcado por las desigualdades sociales. Porque el conductor también era reincidente, que ya había perdido su permiso y sólo lo había recuperado 12 días antes.
Una injusticia social según la opinión
Un comunicado de prensa publicado por los abogados de la familia de la víctima refleja su indignación tras las negociaciones con el acusado. “El responsable de la muerte pagó una fianza de 90.000 euros y ofreció a la familia una miseria como subsidio de subsistencia. No podemos olvidar que se trata de la brutal ejecución de un trabajador, que fue asesinado mientras mantenía a su familia.“, aseguraron.
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“El sentimiento que me habita es de profunda tristeza y gran angustia. Un sentimiento gigantesco de injusticia me habita.“, afirmó en Instagram Luam Silva, uno de los hijos de la víctima. El autor, milagrosamente ileso en el accidente que provocó, ha sufrido desde entonces un linchamiento mediático sin precedentes mientras el caso sigue acaparando los titulares, informó uno de los periódicos.
Según la ONG Oxfam, las seis personas más ricas de Brasil tienen la misma riqueza que el 50% más pobre de la población, o alrededor de 100 millones de personas. El 5% más rico del país tendría ingresos equivalentes a los del 95% restante.
