¡Diecisiete años! La brecha entre Larga vida a tiEl nuevo álbum de Manu Chao, de su antecesor, La radiolina (2007), es casi el de una generación. El regreso a la discografía de esta figura emblemática de la escena del rock alternativo francés, que se convirtió en una estrella internacional varios años antes del triunfo del french touch, es por tanto un acontecimiento de gran importancia. No una revolución impulsada por la emoción del cambio, sino un reencuentro reconfortante. Es decir, trece canciones inéditas con atmósferas familiares, fieles a la ética y la estética de un trovador altermundista que, al fin y al cabo, nunca había desaparecido.
Su presencia se expresó regularmente en el escenario, desde los bares hasta Barrios (“barrios”) de Barcelona (España) –donde reside desde los años 90– hasta salas de dimensiones humanas y festivales atípicos de todo el mundo. El trotamundos franco-español enviaba regularmente postales sonoras, realizadas en casa o grabadas en directo, que se colgaban gratuitamente en su página web. También colaboraba con artistas que conocía –Calypso Rose, Bomba Estereo, Amadou et Mariam, la griega Klelia Renesi, etc.–, dejando su huella, reconocible entre todos.
Incluso cuando dejó de dar noticias, nuestra memoria colectiva se encargó de no olvidarlo. Himnos del rock latino de Mano Negra (Mala vida, No hay suficiente de ti, Rey del Bongo, El hombre fuera del tiempo…), su grupo de 1987 a 1994, hasta los estribillos de su carrera en solitario (Clandestino, Mentir, Me gustas, Ya no te amo…), su repertorio ha dejado suficientes clásicos para abarcar generaciones. Sobre todo porque su arte de hacer giras y el truco que da en el blanco se ha adaptado perfectamente a la era de las redes sociales ávidas de concisión musical.
Ecología musical
En los últimos años han florecido una serie de tendencias, ilustradas por extractos de Me gustas, Bongó Bong O Clandestinoextraídos de las versiones originales o remezclados en una versión acelerada. El último ejemplo es una mezcla de Me gustas y de misilesUn hit italiano cantado por Frah Quintale y Giorgio Poi, ha servido de banda sonora a los contenidos de TikTokers como TioMusic y Megaamerican, generando millones de visualizaciones. No es casualidad, quizás, que con 11,6 millones de oyentes mensuales en Spotify, Manu Chao supere ahora a Aya Nakamura (9,8 millones).
Larga vida a ti Pero no debería invertirse la tendencia. Manu Chao sigue elogiando la artesanía, aunque sigue limitando el número de herramientas que le ayudan a dar forma a su obra. Algunas seis cuerdas –a menudo tocadas, con elegancia, por el argentino Lucky Salvadori–, algunas percusiones, un trombón mínimo aquí, un acordeón y una armónica allá, un toque de retoque electrónico aún más rústico que una guitarra acústica… Activista de los conciertos locales (ahora ofrecidos en trío acústico), Manu Chao graba canciones que parecen invitarse a la casa del oyente, como un vecino del barrio o del rellano.
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