“Numerosos estudios han desmentido el mito de que Trump es el presidente de la clase trabajadora”

“Numerosos estudios han desmentido el mito de que Trump es el presidente de la clase trabajadora”
“Numerosos estudios han desmentido el mito de que Trump es el presidente de la clase trabajadora”
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Un nuevo intento de asesinato contra Donald Trump, un ejemplo más de la violencia política que se ha intensificado y generalizado en los últimos años al otro lado del Atlántico, exacerbada por una creciente dualización de la sociedad estadounidense, en particular durante los períodos electorales. Este aumento de la violencia alimenta a su vez el relato victimista de Trump, que lo posiciona como el defensor de una América olvidada y sufriente: la de los clase trabajadoracuyas inquietudes Trump sería capaz de captar y satisfacer las expectativas. El apoyo de esta parte de la población contribuiría, según algunos, a explicar su popularidad, así como sus resultados electorales, empezando por su sorprendente victoria en las elecciones presidenciales de 2016.

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Numerosos estudios han desacreditado en gran medida el mito de que Trump es el presidente del país. La clase obrera estadounidense, sin embargo, sigue siendo un mito que seduce. Antes de intentar entender por qué, conviene resumir lo que estos estudios han revelado. En primer lugar, hay un problema de definición: ¿qué es esta mítica (y a menudo indistinta) clase obrera estadounidense? ¿Cómo han evolucionado sus orientaciones electorales a lo largo de los años?

En sentido estricto, se trataría de los trabajadores de la industria manufacturera, además de los de la minería y la construcción, pero en conjunto no representan más que entre el 12% y el 13% de la fuerza laboral total y un porcentaje mucho menor del electorado activo. Es difícil elaborar estudios no anecdóticos sobre cómo votaron estos trabajadores en 2016 y 2020. La idea de que hace ocho años habrían votado con entusiasmo a Trump, sobre todo en los estados clave del Medio Oeste, queda desmentida por cualquier análisis de la votación. En esos estados, Trump obtuvo peores resultados que Obama en 2008: 600.000 votos menos (de 4,5 millones) en Michigan; 270.000 en Wisconsin (de apenas 3 millones); 300.000 en Pensilvania (de poco menos de 6 millones). La cifra más significativa que hay que tener en cuenta es la deserción de votantes que habían votado por los demócratas en ciclos anteriores, no su cambio a Trump.

Tendencia subyacente

Otra definición de la clase trabajadora se basa en el criterio de los ingresos. Se dice que los votantes de bajos ingresos impulsaron a Trump a la victoria. Sin embargo, los datos revelan una realidad muy diferente y muestran que Clinton en 2016 y Biden en 2020 obtuvieron mayorías (por unos 10 a 15 puntos) de los votos de los votantes cuyos ingresos son inferiores a 30.000 o 50.000 dólares por año. Trump obtuvo mejores resultados en el tramo de ingresos medios -en 2020, obtuvo el 58% de los votos de los votantes cuyos ingresos anuales están entre 100.000 y 200.000 dólares, en comparación con el 41% de Joe Biden- y aproximadamente los mismos resultados que Clinton y Biden entre los votantes de ingresos más altos. En resumen, los menos favorecidos no son los que apoyaron el ascenso político de Donald Trump.

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