Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los países europeos decidieron decir basta al gas ruso.
De hecho, muchos dependían en gran medida de los recursos energéticos enviados por Rusia, por lo que era necesario adaptarse.
En diciembre de 2023, Viena todavía compraba el 98% de su gas a Rusia, pero las cosas están cambiando.
Hace unos días, el gigante austriaco Wien Energie anunció que a partir de 2025 ya no necesitará depender de los hidrocarburos rusos para suministrar gas a unos dos millones de personas en la capital austriaca y sus alrededores.
Para lograrlo, Wien Energie tendría que abastecerse de países del norte de África, como Argelia o Marruecos, o del Mar del Norte (en particular de Noruega, el principal proveedor europeo).
En total, estas inversiones deberían permitir al gigante austriaco importar hasta 10 teravatios hora, es decir, el 12% del consumo nacional. Un anuncio notable.
Esta noticia ha sido bien recibida por el mercado del gas, que lleva varias semanas sometido a una fuerte presión.
¿El motivo? El cese total del flujo de gas ruso a través de Ucrania a partir de enero.
Por lo tanto, era necesario encontrar alternativas para evitar que los países que aún dependen demasiado de la energía enviada por Moscú se encuentren sin ninguna solución, lo que inevitablemente repercutiría en la vida de sus habitantes.
