El primer ministro francés Barnier se pone a trabajar mientras la izquierda prepara las protestas

El primer ministro francés Barnier se pone a trabajar mientras la izquierda prepara las protestas
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TOMÁS SANSON/AFP
Michel Barnier aparecerá en la televisión francesa por primera vez desde su nombramiento

Michel Barnier se reunió con el presidente Emmanuel Macron y comenzó la tarea de formar gobierno, un día después de asumir el cargo de primer ministro francés.

Dijo que las discusiones iban muy bien y estaban “llenas de energía”, después de las conversaciones con los líderes de los republicanos de derecha y el grupo centrista Ensemble del presidente.

El presidente Macron eligió a Barnier 60 días después de que las elecciones parlamentarias dejaran a Francia en un punto muerto político, con tres bloques poderosos y ninguno capaz de formar una mayoría en la Asamblea Nacional.

La supervivencia de Barnier puede depender de los votos del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, aunque éste ha dejado claro que no se unirá a su gobierno. La izquierda planea protestas a nivel nacional el sábado.

Los partidos de izquierda están enojados porque su candidata a primera ministra, Lucie Castets, fue rechazada por Macron porque no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir a un voto de confianza en la Asamblea Nacional.

Jean-Luc Mélenchon, un veterano activista del partido radical Francia Inquebrantable, ha convocado manifestaciones en toda Francia y a la “movilización más potente posible”. Algunos sindicatos y grupos de jóvenes han anunciado su participación.

“Tenemos un primer ministro que depende completamente de Agrupación Nacional”, afirma Castets, que se queja de que, como millones de electores franceses, se siente traicionada y de que el presidente ha acabado gobernando con la extrema derecha.

Guillaume SOUVANT/AFP
Lucie Castets, una funcionaria pública de alto rango no electa, ha prometido que Barnier se enfrentará a un voto de confianza.

Horas después de su encuentro con el presidente Macron, Barnier, de 73 años, tenía previsto aparecer en el informativo principal del canal privado TF1.

Según informes franceses, su entrevista formó parte de la discusión con el presidente, junto con la formación de un gobierno y la preparación del presupuesto para 2025, que debe presentarse al parlamento antes del 1 de octubre.

Al entrar en la residencia del Primer Ministro el viernes por la noche, el Sr. Barnier prometió abordar “los desafíos, la ira, el sufrimiento, el sentimiento de abandono, de injusticia que atraviesan muchas de nuestras ciudades, suburbios y áreas rurales”.

El ex primer ministro Gabriel Attal, cuyo bloque centrista quedó en segundo lugar en las elecciones, dijo después de las conversaciones con Barnier que Ensemble estaba preparado para unirse a un frente amplio con la derecha republicana y la izquierda republicana, “sin ningún deseo de bloquear u ofrecer apoyo incondicional”.

El propio Barnier proviene de los republicanos y el líder del partido, Laurent Wauquiez, dijo que su decisión dependía de los planes del primer ministro: “Por el momento, no se ha decidido nada”.

Algunos de la izquierda dijeron que fue su propia culpa que terminaran con Barnier como primer ministro.

La alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, señaló que el presidente había considerado al ex primer ministro socialista, Bernard Cazeneuve, para el puesto, pero que éste había sido rechazado por su propio partido.

Otro alcalde socialista, Karim Bouamrane, culpó a la intransigencia de otros sectores de la alianza de izquierda: “El camino que eligieron fue 100% o nada, y aquí estamos sin nada”.

Los líderes del Agrupamiento Nacional, Marine Le Pen y Jordan Bardella, ya han subrayado que no se unirán al gobierno de Barnier, sino que esperarán y verán qué políticas presenta ante el Parlamento antes de decidir sobre un voto de confianza.

La izquierda amenaza con un voto de confianza pero, sin el respaldo de la extrema derecha, no podrá derrocar a Barnier.

“Es un hombre que nunca ha ido demasiado lejos cuando ha hablado de Agrupación Nacional, nunca nos ha expulsado, es un hombre dispuesto a dialogar”, dijo Marine Le Pen, indicando que podrían permitirle continuar en el cargo.

Sin el respaldo de su partido, Barnier no podría reunir los 289 votos en la Asamblea de 577 escaños, dependiendo simplemente del apoyo de los centristas y los republicanos.

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