Cédric Sueur, investigador del CNRS y etólogo de la Universidad de Estrasburgo, estudia el sorprendente comportamiento de los macacos en interacción con los ciervos sika en Japón.
Entonces, ¿qué les pasa a estos macacos que confunden al ciervo sika, una especie que se encuentra en Asia, con caballos de rodeo? Cédric Sueur, investigador del CNRS y etólogo de la Universidad de Estrasburgo, acaba de publicar un estudio sobre el tema, publicado en las revistas Primates y Cultural Science.
El escenario: en el Parque Nacional de Yakushima, en Japón, que inspiró la película “La princesa Monoké”, de Miyazaki, “Macaca fuscata”, un mono asiático, se aferra al “Nippon cervus” y, detalla el CNRS, “Se divierte montando ciervos en rodeos que pueden durar varios minutos”.
La escena no es nueva. Las primeras observaciones, recuerda el CNRS, datan de los años 1940 y no han cesado hasta hoy: “Los científicos buscan comprender dónde y cuándo ocurren estos rodeos y el perfil de los individuos que participan en ellos. Desde finales de los años 40 hasta hoy, hemos observado en esta especie tradiciones y hábitos específicos de cada grupo, transmitidos de generación en generación. a generación.
Cédric Sueur, apasionado del tema, escribió un libro al respecto, “Aventuras de un primatólogo”, publicado por Odile Jacob en 2024.
La aportación de las nuevas tecnologías
Pero ahora se abren nuevas perspectivas con la ayuda de las nuevas tecnologías: “Las cámaras fijas y los drones permitirán observar a distancia, sin molestar a los animales. Las imágenes se procesarán mediante inteligencia artificial para reconocer automáticamente a los individuos y sus comportamientos. Esto ahorrará a los científicos los meses de entrenamiento necesarios para identificar a todos los monos. en un grupo”, indica el CNRS.
En 2017, otro equipo científico de la Universidad de Lethbridge, en Canadá, publicó un estudio en la revista Archives of Sexual Behavior estableciendo el vínculo con las prácticas sexuales de los animales.
Ésta es una de las hipótesis planteadas hoy por el CNRS, que abre otras vías: “Transporte, calentamiento, apoyo físico, consumo de parásitos, juego y señales agresivas”.
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