Un importante descubrimiento científico podría cambiar nuestra comprensión de los microorganismos que habitan el cuerpo humano. Los investigadores han identificado nuevas entidades microscópicas, llamadas “obeliscos”presente en bacterias asociadas a la microbiota humana. Estas estructuras deARN circular desafiar los límites actuales de las formas de vida conocidas.
Un descubrimiento inesperado en el corazón de las bacterias humanas
Los obeliscos fueron descubiertos por un equipo dirigido por Andrew Fire, premio Nobel de medicina, en colaboración con expertos en biología celular y molecular. El estudio, publicado en la plataforma científica bioRxiv, se basa en un análisis en profundidad de gigantescas bases de datos genéticas. Estas bibliotecas contienen información de microbios asociados con diversos entornos, incluido el cuerpo humano.
Estas entidades microscópicas, aunque comparables a viroides (patógenos vegetales que consisten únicamente en ARN), exhiben características únicas. A diferencia de los virus, los obeliscos no tienen una cubierta proteica. Su ARN forma bucles pequeños y compactos, y su tamaño es tan pequeño que previamente habían escapado a la detección.
Mark Peifer, biólogo celular de la Universidad de Carolina del Norte, describe estas estructuras como “totalmente inesperadas” y destaca la importancia de este descubrimiento para la microbiología moderna.
Una presencia omnipresente en la microbiota humana
El análisis de los datos reveló la presencia de obeliscos en varias partes del cuerpo humano, incluidas bacterias en la boca y el intestino. Estos hallazgos sugieren que estas entidades no son raras ni aisladas. Más bien, parecen tener una amplia distribución y una diversidad notable, con miles de variantes identificadas.
Cada región del cuerpo humano albergaría tipos específicos de obeliscos, en estrecha interacción con las bacterias que componen la microbiota. Según Simon Roux, biólogo computacional del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, este descubrimiento podría indicar una relación compleja y aún desconocido entre estas entidades de ARN y nuestro ecosistema interno.
Las implicaciones para la salud aún no están claras
Por el momento, los científicos no saben si los obeliscos tienen consecuencias para la salud humana. Su modo de acción, su papel potencial en las interacciones bacterianas o su influencia en el organismo huésped siguen siendo inciertos. Matthew Sullivan, biólogo integrativo de la Universidad Estatal de Ohio, dice que su simple descubrimiento abre un nuevo campo de estudio, que requerirá años de investigación.
Una hipótesis planteada es que estas estructuras podrían modular el comportamiento bacterianoinfluyendo indirectamente en aspectos de la biología humana. De ser así, los obeliscos podrían desempeñar un papel en procesos aún desconocidos, o incluso contribuir a patologías.
Una redefinición de las categorías de vida.
Los obeliscos plantean cuestiones fundamentales sobre las clasificaciones actuales de las formas de vida. Ni bacterias, ni virus, ni viroides, no corresponden a ninguna definición existente. Este descubrimiento podría indicar la existencia de nuevas clases de agentes biológicosampliando los límites de nuestra comprensión de la evolución.
Históricamente, los científicos se han preguntado sobre el origen de los virus y la aparición de formas simples o complejas de ARN en la evolución biológica. Los obeliscos podrían proporcionar pistas sobre los mecanismos evolutivos que llevaron al surgimiento de formas de vida primitivas.
Perspectivas de investigación
Identificar obeliscos es sólo el comienzo. Gracias a los avances en bioinformática y análisis genético, los investigadores esperan comprender mejor estas estructuras y su papel en la microbiota. Esta búsqueda podría revelar otras entidades similares y ampliar nuestra visión del universo microscópico.
Simon Roux resume este entusiasmo científico: “Estamos en un momento en el que la tecnología nos permite mirar más profundamente que nunca. Cada nuevo descubrimiento nos recuerda lo limitado que sigue siendo nuestro conocimiento. »
Si bien se están realizando estudios para comprender mejor estas estructuras, su impacto potencial en la biología humana podría redefinir áreas enteras de la microbiología y la medicina.
El descubrimiento de los obeliscos es un poderoso recordatorio de que el cuerpo humano, lejos de estar completamente cartografiado, aún alberga misterios. Estas entidades podrían revelar aspectos desconocidos de la interacción entre microbios y humanos, con profundas implicaciones para nuestra comprensión de la vida.
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