Tú que estás leyendo estas líneas estás entre los últimos representantes del género. Homo que, en época reciente (hace unos 50.000 años), incluía a neandertales, pero también a denisovanos, y a los “hobbits” de las islas de Flores (Indonesia) y Luzón en Filipinas, descubiertos mucho más recientemente. ¿Podemos todavía hablar de ellos como especies distintas a la nuestra?
Durante mucho tiempo, la cuestión sólo se refería a las relaciones entre nuestra especie, un hombre sabio, y neandertal. Podrían haber vivido juntos en el Levante y en Europa, y podrían haberse conocido “prebíblicamente”. Los paleogenetistas inicialmente creyeron que la barrera de las especies, que prohíbe el cruzamiento fértil, era insuperable, siguiendo el trabajo de Svante Paabo (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, Leipzig, Alemania).
En 2006, analizando el ADN de pequeñas fábricas celulares, las mitocondrias, extraído de fósiles de neandertal, el futuro Premio Nobel de Medicina (2022) concluyó que nuestro primo y nuestros antepasados Sapiens no había sido interfértil, criterio esencial para la definición de especie biológica propuesta por Ernst Mayr (1904-2005).
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¡Pero en 2010 hubo un giro! El análisis genómico del núcleo de una célula de neandertal, que porta la mayor parte del patrimonio genético, proporciona, por el contrario, pruebas de un mestizaje con Sapiens. El equipo de Svante Paabo muestra que las poblaciones humanas no africanas actuales llevan, en promedio, un 2% de ADN de origen neandertal.
Unas semanas antes, había descrito un nuevo genoma, extraído de una falange de unos 40.000 años de antigüedad, encontrado en la cueva donde se descubrió al hombre de Denisova, en Siberia. Los denisovanos nacieron para la ciencia y ellos también se cruzaron con Sapiens – las poblaciones de Papua Nueva Guinea, en particular, han heredado hasta el 4% de su genoma. También hubo mestizaje con neandertales: el sorprendente ejemplo de una joven nacida de padre denisovano y madre neandertal enterrada en la cueva de Denisova, hace 90.000 años.
“Neandertalidad”
El hecho de encontrar ADN denisovano en genomas de neandertales, y viceversa, demuestra que “la mezcla iba en ambas direcciones y los niños mestizos eran aceptados en las poblaciones en cuestión”explica Stéphane Peyrègne. Estudiante de posdoctorado en el instituto Svante Paabo, presentó en julio, durante un seminario en México, el segundo genoma completo de un denisovano que data de hace 200.000 años. Lleva la huella de múltiples cruces más antiguos con los neandertales, cuya existencia la paleogenómica aún no había revelado.
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