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El puente olvidado entre Marruecos y España

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El fenómeno se produjo entre 5,97 y 5,33 millones de años antes de Cristo, a finales del Mioceno, recuerdan los autores del estudio, explicando que el cierre del estrecho, provocado por los movimientos de las placas tectónicas, provocó una reducción de los intercambios de agua. entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico y, por extensión, una concentración de sales en el mar. Denominado “crisis de salinidad de Messina”, en referencia a la ciudad italiana de Messina, este fenómeno afectó al fondo del Mediterráneo que quedó “cubierto por una capa de sales de hasta 2 o 3 kilómetros de espesor”, que alcanza el millón de kilómetros cúbicos, explica en un comunicado de prensa Giovanni Aloisi, investigador del CNRS, geoquímico del Instituto de Física Globo y director del estudio.

El importante descenso del nivel del mar provocado por este episodio sigue siendo objeto de debate. “Algunas hipótesis decían que el nivel del Mediterráneo prácticamente no había bajado, otras que el mar casi se había vaciado”, subraya Aloisi. El análisis de los isótopos de cloro contenidos en las sales extraídas del fondo del Mediterráneo muestra que esta crisis se desarrolló en dos fases. Durante el primero, hace unos 35.000 años, el Mediterráneo estaba “lleno de agua, como lo está ahora”, pero el estrechamiento del estrecho “dificultó un poco la salida del agua salada al Atlántico”, lo que provocó una acumulación de sales en su parte oriental y que hace que el mar sea salobre, explica Aloisi.

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Durante la segunda fase, que duró unos 10.000 años, el estrecho “se cerró completamente”, el Mediterráneo “se separó” del Atlántico y se detuvo el intercambio de agua con el océano, añade el investigador, añadiendo que la acumulación de sales provocó un secado del agua. el mar que perdió el 70% de su volumen de agua. La situación se mantuvo así hasta la reapertura del Estrecho de Gibraltar, señala Aloisi, subrayando que esta crisis tuvo impactos negativos en el paisaje y la biodiversidad del Mediterráneo. “Sólo los microorganismos pueden vivir con tales niveles de salinidad”, observa el investigador, revelando que la sequía del mar habría llevado incluso a la formación de un puente terrestre que conectaría África y Europa en la parte occidental, lo que habría permitido “la colonización de las Islas Baleares por mamíferos”, en particular cabras, roedores y conejos, según estudios anteriores.

La caída del nivel del mar también habría afectado la circulación atmosférica sobre la cuenca mediterránea y provocado un aumento de la actividad volcánica en la región. “El 70% del volumen del Mediterráneo representa una enorme masa de agua, que ejerce presión sobre la litosfera”, explica el director del estudio.

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