En una remota región de los Alpes italianos, los científicos han hecho un descubrimiento excepcional: fósiles de un ecosistema prehistórico que data de hace 280 millones de años, mucho antes de la aparición de los dinosaurios. Estas huellas cuidadosamente conservadas ofrecen una visión poco común de la flora y la fauna del Pérmico, un período geológico que precedió a la era de los dinosaurios.
Un descubrimiento casual
El descubrimiento lo hizo Claudia Steffensen durante una sencilla caminata por el Valle de Ambriaque se encuentra ubicado en el municipio de Piateda, a 1.700 metros sobre el nivel del mar. Mientras exploraba esta región de los Alpes, vio huellas fosilizadas incrustadas en rocas. Impresionada por la precisión de estas huellas, compartió su descubrimiento con su amigo, Elio Della Ferrera, fotógrafo de naturaleza, quien rápidamente envió imágenes a los expertos del Museo de Historia Natural de Milán.
Después del estudio, los científicos confirmaron que se trataba de un descubrimiento de gran importancia: un ecosistema enterocongelado en el tiempo, que data del período Pérmico.
Los expertos han identificado varios tipos de huellas dejadas por diversos animales, que datan de una época en la que los dinosaurios aún no existían. Los fósiles encontrados en las losas de arenisca atestiguan en particular la presencia de tetrápodos, antepasados de reptiles y anfibios, así como huellas de insectos y artrópodos.
« El finísimo grano de los sedimentos permitió conservar detalles impresionantes, como las huellas dactilares y la piel del vientre de ciertos animales.“, explica Lorenzo Marchetti del Instituto Leibniz para la Investigación sobre la Evolución y la Biodiversidad.
Fósiles de plantas y huellas de ambientes antiguos.
Además de los estampados de animales, los investigadores también encontraron fósiles de plantasincluidos fragmentos de tallos, hojas y semillas. Nos permiten comprender mejor el entorno en el que vivían estas criaturas. Los científicos también descubrieron ondas dejadas por las olas de lagos antiguos y rastros de gotas de lluvia en el barro petrificado. Estas huellas vegetales y ambientales se suman a la riqueza de este descubrimiento y ofrecen información sobre la dinámica del ecosistema de la época.
Los fósiles descubiertos se encuentran hoy en la cima de los Alpes debido a la acción de fuerzas geológicas colosales. Los Alpes se formaron hace decenas de millones de años cuando las placas tectónicas africana y euroasiática chocaron, lo que provocó que se elevaran las capas de roca depositadas sobre ellas. el antiguo mar de Tetis. Este fenómeno geológico hizo subir estos fósiles a las montañas.
Sin embargo, este descubrimiento no habría sido posible sin el calentamiento global. De hecho, el derretimiento de los glaciares y de las capas de nieve, efecto del calentamiento actual, ha permitido desenterrar estos vestigios ocultos durante millones de años.
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