Amazon se prepara para lanzar un nuevo par de gafas conectadas. Según información de Reuters, el gigante americano está desarrollando unas gafas de realidad aumentada con un objetivo muy concreto: mejorar las entregas. El proyecto “Amelia” no estaría dirigido al público en general, sino a los repartidores para ayudarles en los últimos metros del recorrido de entrega. Las gafas inteligentes podrán guiarles en la navegación alrededor y dentro de los edificios, explican cinco personas familiarizadas con el tema.
Amazon planea proporcionar instrucciones en tiempo real para cada paso de entrega, utilizando una pequeña pantalla incorporada. Estas instrucciones precisas (girar a la derecha o a la izquierda al salir del ascensor, sortear un obstáculo a la derecha o a la izquierda, tener cuidado con los perros, etc.) deberían ayudar a los repartidores a ahorrar preciosos segundos en cada entrega. En última instancia, podrían liberarlos del uso del GPS portátil y esto sería de gran interés para el famoso vendedor online. El objetivo de Amazon es obviamente perder menos tiempo y obligar a los repartidores a transportar y entregar cada vez más paquetes.
El proyecto demuestra también los esfuerzos de Amazon por optimizar la “última milla” en un contexto de competencia muy fuerte. Esta parte del proceso de entrega es costosa y la marca lleva años intentando ahorrar dinero. Se estima que la última milla constituye, en algunos casos, hasta la mitad de los costes logísticos asociados a la entrega de un producto.
Amazon ya tiene base para estas gafas
Amazon se centra en los “últimos 100 metros” del viaje de entrega, pero no parte de cero para su proyecto. De hecho, el gigante americano apuesta por las gafas Echo Frames que permiten utilizar Alexa o escuchar música. Amazon ya ha lanzado tres generaciones de gafas Echo dirigidas al gran público. Para su modelo adaptado a repartidores, una cámara permitiría tomar una fotografía de los paquetes entregados como prueba para los clientes.
La ausencia de comentarios podría explicarse por las dificultades técnicas que enfrenta la empresa. Amazon tendría dificultades para diseñar una batería capaz de durar ocho horas y lo suficientemente ligera como para transportarla sin causar fatiga. Además, se necesitarían años para recopilar suficiente información sobre cada barrio y casa para que el uso de gafas fuera relevante. Una situación que animaría a Amazon a ser cautelosa sobre las posibilidades de éxito de su proyecto. En esta fase no se puede descartar un retraso o abandono si las gafas no funcionan correctamente, o por motivos económicos.
Quizás tengamos que esperar años antes de descubrir las gafas conectadas de Amazon para repartidores. El grupo liderado por Jeff Bezos lleva años multiplicando proyectos para mejorar su red de reparto, llegando incluso a desarrollar una flota aérea, además de robots o drones.
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