Sobre el lanzamiento de Arrow Lake, la última generación de procesadores Intel, las opiniones son generalmente unánimes entre los críticos independientes: a pesar de algunos argumentos en el lado del consumo de energía, los nuevos Core Ultra 200S claramente dejan mucho que desear en términos de rendimiento bruto, especialmente en juegos. Pero si le creemos a la marca, en realidad se trata de una anomalía que debería resolverse mediante una actualización en breve.
Esta información surgió en una entrevista con Robert Hallock, director de comunicaciones técnicas del equipo azul, por el medio especializado HotHardware. Durante la discusión, Dave Altavilla y Marco Chiappetta interrogaron al portavoz sobre el decepcionante rendimiento de las CPU Arrow Lake, que han sido destacadas regularmente desde su llegada al mercado. De hecho, todos los evaluadores obtuvieron puntuaciones decepcionantes, generalmente inferiores a las de los nuevos Ryzen de AMD… ¡pero también en comparación con ciertos procesadores Intel de 13.ª y 14.ª generación!
Evidentemente, esta regresión dio mucho que hablar, ya que se suponía que Arrow Lake marcaría el regreso de Intel al camino correcto después de varios años complicados. Algunos observadores incluso han comenzado a afirmar que el líder histórico de esta industria difícilmente podría recuperarse de esta debacle, en un contexto de aumento de potencia de los procesadores ARM. Pero si hay que creerle a Hallock, fue simplemente un comienzo en falso y lo mejor está por llegar.
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¿Un problema de optimización más que arquitectónico?
Según este desertor de AMD que contribuyó al éxito de Ryzen durante 12 años antes de unirse a Intel el año pasado, este rendimiento decepcionante no está relacionado con un problema intrínseco con Arrow Lake. Hallock afirma que la arquitectura en sí es sólida y eficiente. Explica que los resultados obtenidos por todos estos terceros no reflejan la calidad real del producto y que las pruebas internas de Intel fueron mucho más convincentes, sobre todo en términos de latencia, una de las principales deficiencias señaladas por los evaluadores. De hecho, estas pulgas simplemente sufrirían una Falta de madurez y optimización.
Una afirmación alentadora, porque en teoría implica que estos problemas podrían solucionarse mediante una serie de actualizaciones de software. Y según Hallock, esto es precisamente lo que Intel planea hacer. La compañía ya ha identificado varios problemas que podrían explicar parcialmente este desempeño decepcionante y espera implementar varias actualizaciones para solucionarlos antes de fin de año.
Intel en una pendiente resbaladiza
Sin duda, esta es una buena noticia para los clientes. Pero en el contexto actual donde la credibilidad de Intel sigue cayendo en picado, es difícil no interpretar este anuncio como un intento desesperado por salvar las apariencias. Por tanto, será recomendable estar atento a estas famosas actualizaciones. En la práctica, es probable que sellen el destino de Arrow Lake… con implicaciones muy concretas para el futuro de la empresa.
Si estas correcciones proporcionan una mejora sustancial en el rendimiento, habrá motivos para seguir siendo optimistas sobre la hoja de ruta actual de Intel. Pero por lo demás, esto sólo reforzará las dudas sobre su capacidad de recuperarse para defender la legitimidad de la arquitectura x86. Una perspectiva decididamente preocupante, ya que Intel ya está prácticamente fuera de carrera en la arquitectura ARM, mientras que Qualcomm, Nvidia e incluso AMD continúan avanzando en este ámbito.
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