“Me dijo: ‘¡Dame el dinero!’ Al principio pensé que era una broma”. Sin embargo, el hombre de 78 años, escondido tras una máscara de Halloween, no bromeaba cuando el miércoles pasado amenazó y atacó al propietario de un garaje en Walenstadt (SG). De incógnito gracias a su máscara color carne que hacía parecer un rostro más, el septuagenario ingresó al establecimiento poco después de las 18.00 horas. Vestía una chaqueta negra y guantes de goma desechables.
Según el mecánico, el hombre que lo amenazó también sostenía un palo de madera en una mano y un dispositivo de electrochoque en la otra. “Le dije que no me gustaba ese tipo de bromas”, relata quien no entendía quién podía querer hacerle daño y por qué. Este último explica que fue cuando el septuagenario intentó golpearlo con el dispositivo de electroshock que comprendió que la situación se estaba volviendo grave. “Levanté las manos y lo aparté un poco. Luego huyó”. Sin botín, y al volante de un Volvo negro, estacionado al otro lado de la calle.
Ni uno ni dos, el propietario lo siguió, esperando al menos poder fotografiar el coche, o incluso la matrícula del delincuente. “En ese momento no tenía miedo”. La policía finalmente capturó al presunto autor del ataque tras una intensa investigación. Será denunciado ante el Ministerio Público. Desde entonces, el mecánico no lo puede creer: “Me sorprende que un anciano pueda hacer algo así”. Pero “¿para qué quería el dinero?” y “¿por qué yo?”, por el momento, sus preguntas siguen sin respuesta.
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