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¿Y si fuera posible controlar el Apple Vision Pro con el cerebro?

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Si hay que creer en Synchron, dentro de unos años será posible controlar su Apple Vision Pro o Meta Quest 3 sin hacer nada más que pensar. Las interfaces cerebro/computadora son ciertamente parte del futuro de la tecnología, pero además de Neuralink, pocos actores están trabajando en un servicio similar. Synchron es uno de los pocos elegidos, y en 2022 comenzaron los ensayos clínicos para determinar si era posible controlar un dispositivo utilizando el cerebro, mediante un implante.

Synchron quiere permitir el control de un casco de realidad virtual mediante el pensamiento

Al principio, el objetivo de la empresa era permitir el control de un iPhone o iPad. Y luego, con la reciente llegada del Apple Vision Pro, Synchron se centró en los auriculares de realidad mixta de Apple. Hoy, la empresa comparte los resultados de su investigación: de los seis pacientes portadores del implante, ninguno presentó un evento adverso grave relacionado con el dispositivo (muerte o aumento de la discapacidad). En resumen, el dispositivo implantado no presentó mayores problemas y demostró resultados positivos en la captura de señales cerebrales.

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Esta tecnología, denominada “COMMAND”, es la primera aprobada para pruebas por la FDA como parte de una implantación de chip permanente que proporciona una interfaz cerebro/computadora. La diferencia entre Synchron y la competencia en el campo radica en que esta implantación se realiza mediante una operación menor en la vena yugular, a diferencia de otros implantes que requieren una operación mayor y en ocasiones peligrosa.

A largo plazo, “COMMAND” tendrá como objetivo permitir que las personas que sufren lesiones cerebrales graves recuperen un cierto nivel de independencia motora y funcional. Así, todos los pacientes estudiados por Synchron padecían una parálisis crónica bilateral grave de los miembros superiores, que no respondían a los tratamientos terapéuticos. Una vez instalada, la interfaz cerebro/computadora permite interpretar las señales y transformarlas en acciones como mover un cursor o hacer clic, lo que en esencia permite controlar un teléfono inteligente o un casco de realidad virtual.

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