DayFR Spanish

La ESA se prepara para enviar un satélite kamikaze al espacio para observar sus momentos finales

-

Un contrato como ningún otro. El especialista espacial Deimos, afincado en España, firmó a finales de septiembre un contrato de 3 millones de euros con la Agencia Espacial Europea (ESA) para fabricar un satélite destinado a ser pulverizado… 12 horas después de su lanzamiento. Llamada Draco (Destructive Reentry Assessment Container Object), la misión liderada por la agencia espacial tiene como objetivo observar los últimos momentos del satélite hasta su dislocación total, con un lanzamiento previsto para 2027. El acuerdo entre Deimos y la ESA alcanzó un valor total de 17 millones de euros.

“Aunque es difícil obtener datos de un satélite durante su destrucción, actualmente es imposible recrear las circunstancias exactas en la Tierra. Podemos utilizar la experimentación para probar diferentes materiales y elementos de una nave espacial en túneles de viento a escala limitada”, explica Stijn Lemmens, director del proyecto Draco en la ESA, en un comunicado de prensa. La misión debería permitir, en particular, mejorar el diseño de los satélites con vistas a una desaparición controlada.

Una cápsula indestructible en un satélite destructible

Al carecer de sistema de propulsión, navegación e incluso comunicaciones, el satélite zombi de 200 kilogramos no debería plantear ningún problema a los diseñadores. Por otro lado, deberán albergar en la embarcación una pequeña cápsula capaz de resistir la desintegración atmosférica, para proteger la recopilación y el almacenamiento de datos.

Porque el satélite debe ser examinado hasta el más mínimo detalle en sus últimos momentos. En total, cuatro cámaras y 200 sensores deberán registrar la entrada y consumo del satélite en la atmósfera. Una vez completada la desintegración, la cápsula de 40 centímetros que contiene todos los datos deberá aterrizar en el océano mediante un paracaídas. La cápsula será la encargada de enviar los datos recogidos por telemetría durante su aterrizaje de aproximadamente 20 minutos.

El plan de vuelo sigue siendo sencillo: el cohete encargado de lanzar el satélite será el encargado de alinearlo con su trayectoria. Después de sólo 12 horas de vuelo y a una altitud estimada en 1.000 kilómetros, el satélite debe iniciar su entrada en la atmósfera sobre una zona oceánica deshabitada antes de desintegrarse.

La ESA ya había lanzado una misión de observación de la entrada en la atmósfera en 2013, colocando una cámara infrarroja en el interior de una de las naves de reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional (ISS) cuando ésta fue destruida. Los sensores de la misión Draco también deberán medir la temperatura y el voltaje ejercido en las diferentes zonas del satélite.

Seleccionado para ti


Related News :