La migración, motor del desarrollo cultural de los chimpancés

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Grupo de chimpancés, “Pan troglodytes”, sentados en ramas de manglares, en la reserva Conkouati-Douli, en la República Democrática del Congo, el 8 de junio de 2022. ANDREY GUDKOV / BIOSPHOTO VÍA AFP

“Si he visto más lejos es al subirme a hombros de gigantes. » Tomada de una carta a su rival Robert Hooke (1635-1703), esta cita de Isaac Newton (1642-1727) ilustra maravillosamente lo que los antropólogos y biólogos del comportamiento llaman “cultura acumulativa”. Nadie inventa ex nihilo. Incluso los genios se inspiran en los primeros mil pasos de sus predecesores. En un artículo publicado el 21 de noviembre en la revista Cienciaun equipo europeo acaba de demostrar que lo mismo ocurre con los chimpancés. Aquellos de nuestros primos no humanos que han adquirido culturas complejas lo han hecho inspirándose en sus congéneres de otros lugares que dominaban total o parcialmente estos comportamientos sociales.

Es importante, en primer lugar, recordar que, contrariamente a lo que se ha pensado durante mucho tiempo, la cultura, es decir, el aprendizaje social del comportamiento, no es exclusiva de los humanos. Desde 1953 y la observación de macacos en la isla de Koshima, Japón, lavando patatas antes de comerlas, los científicos han comprendido que otros primates, los monos, también son capaces de hacerlo. Desde entonces, desde las ballenas hasta los herrerillos e incluso las moscas, la cultura ha invadido el reino animal.

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Por lo tanto, quedó la cultura acumulativa, el aprendizaje social de comportamientos demasiado elaborados para que un individuo los descubriera por sí solo. Aquí también nuestro pedestal se ha derrumbado. Dos estudios experimentales, uno con chimpancés y otro con abejorros, demostraron en marzo la importancia de un modelo para realizar tareas complejas. Demostraciones realizadas en laboratorio, sobre un dispensador de maní, para los primeros, o con palancas para acceder al agua azucarada, para los demás, que establecieron las habilidades de estas dos especies. Pero ¿cómo fue en la vida real?

Conjuntos de datos superpuestos

Para intentar averiguarlo, el equipo que reúne a laboratorios británicos, suizos, alemanes, austriacos y españoles puso en marcha un protocolo original: cruzar datos genéticos y de comportamiento acumulados durante veinte años para intentar encontrar pistas. El primero realiza un seguimiento de las migraciones de hembras en la sociedad de los chimpancés. Cuando alcanzan la madurez sexual, los monos jóvenes abandonan su grupo y migran a tierras más o menos lejanas. La operación ayuda a evitar la endogamia. Pero también, querían creer los investigadores, difundir comportamientos culturales. Para estudiar esto último, se centraron en el uso de herramientas en la búsqueda de alimentos.

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