Científicos de la National Geographic Society descubrieron recientemente un enorme coral escondido bajo las aguas de las Islas Salomón en el Pacífico: el coral más grande jamás observado.
Este impresionante coral submarino mide 34 metros de largo y 32 metros de ancho, superando en tamaño incluso a la ballena azul, que es el animal más grande conocido. Este descubrimiento fue anunciado al público el jueves 14 de noviembre, acompañado de fotografías asombrosas que ilustran su escala.
Desde la superficie del agua, este coral aparece como una enorme sombra en el océano turquesa. Pero mientras exploraban las profundidades, los investigadores revelaron una estructura impresionante que, aunque relativamente sencilla, tiene una belleza única: un vasto bloque, en su mayor parte marrón, salpicado de toques de rojo, rosa y azul.
A diferencia de la imagen tradicional de corales de colores brillantes, esta formación evoca más bien una imponente roca que las corrientes marinas han esculpido a lo largo de los siglos.
Este coral alberga aproximadamente mil millones de pólipos interconectados, formando una estructura viva compleja que ha sobrevivido a siglos de evolución. Se estima que tiene alrededor de 300 años y ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos, como la revolución industrial, las dos guerras mundiales, la aparición de Internet e incluso la pandemia de Covid-19. Hoy se enfrenta a un enemigo nuevo, insidioso y cada vez más preocupante: el cambio climático.
Lo que hace que este coral sea particularmente notable es su capacidad para resistir donde la mayoría de los arrecifes de coral fallan. Actualmente, alrededor de tres cuartas partes de los corales del mundo están experimentando decoloración, un proceso causado por el calentamiento de las aguas y la acidificación de los océanos que, en última instancia, mata los pólipos.
“Un pilar de vida”
Sin embargo, este coral gigante parece beneficiarse de una mejor protección, en parte debido a su ubicación en aguas más profundas y frías. Los científicos ven su supervivencia como un signo de esperanza: “¡Un pilar de vida siempre presente!”dijeron, considerándolo una prueba de que algunos corales aún pueden resistir, al menos temporalmente, los impactos del cambio climático.
Este descubrimiento también pone de relieve cómo la naturaleza aún encierra muchos misterios por dilucidar. Este coral, que había pasado desapercibido durante tres siglos ante los ojos de los habitantes de las Islas Salomón, probablemente había sido confundido con una simple roca, por falta de equipo para bucear y explorarlo de cerca.
Es un poderoso recordatorio de la importancia de la curiosidad y la exploración científica: aunque los investigadores ya han documentado casi dos millones de especies vivas, se estima que aún quedan por descubrir al menos ocho millones de especies. La naturaleza sigue deparándonos muchas sorpresas.
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