En otra prueba, se les mostró un extraterrestre de tres ojos, luego una serie de los mismos extraterrestres, pero con gafas de sol que ocultaban sus ojos.
Se le preguntó al niño si estos extraterrestres siempre tuvieron tres ojos, pero, antes de responder, tuvo la oportunidad de quitarles las gafas a los personajes para comprobarlo.
Escepticismo saludable
Lo que encontraron los investigadores fue que los niños a los que se les presentó un primer libro que contenía únicamente información real tenían menos probabilidades de comprobarlo antes de responder la pregunta.
“Los niños pueden adaptar su nivel de escepticismo en función de la calidad de la información que han visto antes”, dice uno de los coautores, Evan Orticio, en el comunicado de prensa de la Universidad de California.
Este proyecto forma parte de una serie de investigaciones recientes que revelaron que, en Estados Unidos, por ejemplo, un tercio de los niños de nueve años ya han utilizado una red social. Y que los adolescentes encontraron información errónea sobre salud en TikTok apenas unos minutos después de crear su cuenta.
