Cuando configura su PC, Windows ahora requiere que use una cuenta de Microsoft. Pero existe un truco sencillo para eludir esta obligación. Y no todo el mundo lo sabe.
Elon Musk, el exuberante jefe de Tesla y SpaceX, está acostumbrado a las peroratas y al derramamiento de sangre en las redes sociales, redes en las que nunca pierde la oportunidad de dar a conocer su opinión o su descontento. Hace unos meses, el magnate de las nuevas tecnologías arremetió contra Windows en su plataforma favorita, X (anteriormente Twitter, que compró en 2022 antes de cambiarle el nombre). En una publicación publicada el 25 de febrero de 2024, el multimillonario dijo que después de comprar una nueva PC, descubrió para su gran sorpresa que tenía que crear una cuenta de Microsoft para poder usarla, preguntando de paso si era el caso de todos.
Una sorpresa sorprendente ya que este requisito no es nuevo. De hecho, desde hace varios años, Microsoft exige la creación de una cuenta para utilizar su sistema operativo. Y preferiblemente una cuenta de Microsoft. Al iniciar una nueva PC por primera vez o reinstalar Windows, el asistente de configuración le pide que se conecte a una cuenta de Microsoft existente o cree una, sin ofrecer ninguna otra opción para continuar el proceso.
Ciertamente, utilizar una cuenta de Microsoft ofrece muchas ventajas como espacio de almacenamiento online gratuito en OneDrive, compartir datos y archivos entre varios dispositivos o incluso acceso a versiones gratuitas de Word, Excel y PowerPoint. Pero esta obligación no es del gusto de todos, especialmente porque conectarse a una cuenta de Microsoft permite a la empresa rastrear a sus usuarios en sus diferentes dispositivos y sus actividades.
Sin embargo, existe un truco muy sencillo para sortear esta restricción al utilizar Windows, que Elon parece no conocer (o pretende no conocer). Si bien algunos recomiendan desconectar su computadora de Internet al instalar Windows, esto no es práctico porque no es fácil desactivar la tarjeta Wi-Fi integrada en una computadora portátil, por ejemplo. Un método mucho más sencillo es iniciar sesión con una cuenta de Microsoft… ¡que no existe!
Durante el proceso de configuración de Windows, cuando llegue a la pantalla “Agregue su cuenta de Microsoft”, simplemente ingrese una dirección que no existe, como [email protected]y una contraseña igualmente inexistente, como 0. Cuando haces clic en el botón Siguienteun mensaje le informará que ha ocurrido un error… ¡y le sugerirá que continúe usando una cuenta local! Todo lo que tienes que hacer es elegir un nombre de usuario, una contraseña para abrir Windows y tres preguntas secretas que responder en caso de que olvides tu contraseña.
Aunque este consejo es desconcertantemente fácil, podemos lamentar que Microsoft ya no ofrezca una opción explícita para instalar Windows con una cuenta local y busque obligar a los usuarios a conectarse con una cuenta en línea. Esta estrategia de hacer cautivos a sus clientes de su ecosistema no surgió de la nada. Está directamente inspirado en las prácticas de otro actor importante: Apple. De hecho, la marca de la manzana mordida exige desde hace tiempo el uso de una cuenta Apple para utilizar sus ordenadores, sin que esta obligación suscite protestas entre sus aficionados. Una diferencia de percepción sorprendente, que quizás algunos justifiquen por la supuesta virtuosa gestión de los datos personales por parte de Apple, pero que sobre todo nos recuerda que, con un marketing inteligentemente elaborado, una política de retención de usuarios acaba pareciendo aceptable.