Las hormigas inventaron la agricultura hace 65 millones de años. Un estudio publicado en la revista Ciencia demuestra que fue después de la caída del asteroide que precipitó el fin de los dinosaurios cuando las hormigas comenzaron a cultivar setas y a domesticarlas.
Se les llama el hormigas setass u hormigas cortadoras de hojas. Es posible que los hayas visto llevando sobre sus espaldas trozos de hojas o flores recién cortadas, mucho más grandes que ellos, hasta su hormiguero. Pero no es para su consumo personal.
Estos restos vegetales están destinados a las setas que cultivan para alimentar a su colonia y sobre todo a sus larvas. Esto se denomina “simbiosis mutuamente beneficiosa”, en la que las hormigas cultivan hongos para asegurar su supervivencia y la de sus crías y los hongos subsisten con el alimento proporcionado por las hormigas. Es la forma de agricultura más antigua conocida. Pero los científicos buscaban comprender cómo y cuándo las hormigas comenzaron a cultivar hongos.
Hace 65 millones de años, el cataclismo que lo cambió todo
Gracias a estudios genéticos cruzados muy profundos, un equipo de entomólogos y micólogos internacionales logró, descifrando el genoma de 475 especies de hongos y 547 especies de hormigas, retroceder en el tiempo y determinar el árbol filogenético de esta coevolución. entre hormigas y hongos.
El resultado de su estudio, que acaba de publicarse en la revista Ciencia, Resultó hace 65 millones de años, justo después de la caída del asteroide gigante en la Península de Yucatán. Caída que provocó la última gran extinción de la vida y la desaparición de los dinosaurios. Y esto no es casualidad, porque el cataclismo planetario provocado por la caída de este asteroide gigante provocó incendios y nubes de humo de petróleo y azufre que oscurecieron la tierra y aniquilaron animales y plantas. Una tierra quemada en la que no crece nada más que setas.
Cultivadores destacados
Según el entomólogo Ted Schulz de Instituto Smithsonianuno de los autores de este estudio, hormigasultrarresistente, ya debía haber iniciado una relación simbiótica con los hongos antes del cataclismo. Pero esto de alguna manera los obligó, para sobrevivir, a inventar la agricultura en unos pocos millones de años, e incluso la jardinería.
Porque estos excepcionales cultivadores de sólo unos pocos milímetros mantienen, limpian y cultivan estos micelios que les aportan no sólo las proteínas, sino también las enzimas que les faltan. Los hongos, a cambio, se benefician del calor y la humedad del hormiguero, pero también de las bacterias antibióticas producidas por las hormigas agrícolas. ¡Quién dice mejor!
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