¡Parpadear nos permite, paradójicamente, ver mejor! El parpadeo, que también se llama nictación, tiene la misma función bastante sencilla para todas las especies terrestres: esta acción nos permite limpiar y humedecer la córnea del ojo.
Y lo limpiamos a menudo: pasamos entre el 3 y el 8% de nuestro tiempo de vigilia parpadeando. En otras palabras: pasamos casi 45 minutos cada día cerrando los ojos muy brevemente. Digo “muy brevemente” porque un parpadeo tiene una duración extremadamente corta. ¡Estamos hablando de un tiempo de entre 100 y 300 milisegundos como máximo!
Pero ¿por qué necesitamos parpadear tanto para mantenerlos lubricados? En realidad: no. Parpadeamos mucho más a menudo de lo necesario. Y esto es lo que empujó a investigadores de la Universidad de Rochester, en el estado de Nueva York en Estados Unidos, a involucrarse en este tema. En un estudio publicado en la revista procedimientos de la Academia Nacional de Cienciaslos científicos han demostrado que el parpadeo es un paso adicional en el procesamiento de la información percibida por los ojos.
Este descubrimiento va en contra de una idea preconcebida que considera el parpadeo como una pérdida de información visual. Explicaciones con Thérèse Collins, profesora de neurociencia cognitiva en la Universidad Paris Cité.
