Una ONG estadounidense advirtió el miércoles contra los peligros que suponen para el público las “neurotecnologías”, es decir, la comercialización de dispositivos capaces de registrar la actividad del cerebro, o incluso influir en ella, sin garantías suficientes para los consumidores.
Siguiendo sus recomendaciones, Colorado acaba de promulgar una ley para proteger la confidencialidad de los “datos neuronales”.
“Esta es una novedad para un estado estadounidense y en el mundo en general”, dijo Jared Genser, cofundador de la Fundación Neurorights, durante una conferencia de prensa el miércoles.
Su ONG intenta alertar a las autoridades sobre los riesgos que presentan los dispositivos de “neurotecnología”: cintas para la cabeza para mejorar el sueño, auriculares que ayudan a meditar, sensores craneales para jugar mejor al golf, etc.
Son capaces de recopilar datos ultrapersonales y analizarlos en una aplicación para informar al usuario sobre su desempeño, pero también para influir en el comportamiento.
“Tus pensamientos, tus recuerdos, tu imaginación, tus emociones, tu comportamiento y tu subconsciente suceden en el cerebro”, afirmó el neurobiólogo Rafael Yuste, presidente de la Fundación Neurorights y director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia.
El estudio publicado el miércoles por la ONG muestra que las principales empresas afectadas, start-ups poco conocidas, recogen estos datos ultraprivados sin limitarse a los que necesitan para su producto. Y como estos objetos no están aprobados por las autoridades sanitarias, escapan a las leyes sobre dispositivos médicos.
“Lo que es aún más preocupante es que la mayoría de estas empresas también se permiten compartir datos neuronales con terceros no especificados”, especifica la ONG.
Los expertos también temen los peligros a largo plazo.
“Tarde o temprano, una empresa venderá estimuladores magnéticos para mejorar la memoria. Esta será la segunda oleada de neurotecnologías comercializadas para el gran público, que permitirán manipular la actividad cerebral”, explica Rafael Yuste.
“Y no es ciencia ficción”, insistió, refiriéndose a los experimentos de laboratorio, donde los investigadores han logrado decodificar el pensamiento humano.
La ciencia detrás de esto avanza rápidamente, gracias a implantes neuronales que se acercan lo más posible a las señales y gracias a la inteligencia artificial generativa, que ayuda a traducir esas señales.
Los dispositivos actualmente en el mercado están dirigidos a un público aún pequeño, pero los gigantes tecnológicos, como Meta y Apple, podrían ampliar significativamente este mercado, potencialmente a millones de personas.
“Apple presentó recientemente una solicitud de patente para conectar sensores de electroencefalografía (que miden la actividad eléctrica del cerebro) a la próxima generación de AirPods (auriculares inalámbricos)”, señala Jared Genser.
