El ejército israelí anunció la noche del lunes al martes que tropas terrestres habían cruzado la frontera para llevar a cabo combates contra Hezbollah en aldeas del sur del Líbano. En un comunicado, precisó que estas operaciones, lanzadas el lunes por la noche, eran “limitadas, localizadas y selectivas”, dirigidas contra “objetivos e infraestructuras terroristas” de Hezbolá. Sin embargo, el ejército israelí no ha revelado el número de soldados implicados en la incursión.
Interrogado en La Matinale de la RTS, el redactor jefe de la Revista militar suiza Alexandre Vautravers indica que Israel subraya el carácter “limitado” de la operación, al tiempo que recuerda las limitaciones impuestas por el derecho internacional y la opinión pública internacional, en particular en Estados Unidos, donde el apoyo a tales acciones parece estar erosionándose.
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Una “oportunidad” para degradar las capacidades de Hezbollah
Hezbollah, por su parte, declaró que había “apuntado” a soldados israelíes que se desplazaban cerca de la frontera libanesa durante la noche del lunes al martes. “Desde los conflictos de 2005-2006, Hezbollah se ha establecido como una organización paramilitar bien estructurada y altamente entrenada con una sólida experiencia en el Líbano y Siria”. Alexandre Vautravers cree que Israel ve en la situación actual, en la que Hezbolá parece debilitado por las recientes acciones, una “oportunidad” para degradar rápidamente sus capacidades.
En el sur del Líbano, el ejército libanés ha reposicionado sus tropas en el sur del país, en la frontera con el norte de Israel, según un responsable militar. “Deja el camino abierto al ejército israelí, porque no puede oponerse directamente a las incursiones israelíes”.
La ONU también informó que, debido a la “intensidad de los combates”, sus fuerzas de paz desplegadas en la región ya no podían patrullar. Sin embargo, según Alexandre Vautravers, su presencia sigue siendo esencial, en particular para poder realizar observaciones neutrales y objetivas en las próximas fases más tranquilas. Recuerda que, desde 1947-1948, las fuerzas de la ONU a menudo han sido consideradas ineficaces en términos de intervención directa, pero su papel como observadores sigue siendo crucial.
