Después de la ingeniosa idea de los jardineros de la D2 portuguesa, este fin de semana otra segunda división estuvo en el centro de atención: nuestra querida Ligue 2. Y fue Grenoble quien supo rendirle el homenaje más hermoso.
Grenoble comienza un nuevo año de maravilla
Este fin de semana, la Ligue 2 nos ofreció un choque desgarrador entre Grenoble (11.º) y Bastia (10.º). Si los isleños abren el marcador, los corsos empatan a la media hora de juego. Luego llega el minuto 72. En un tiro libre desde 40 metros, el portero del Grenoble, Mamadou Diop, sale de su jaula para despejar el peligro. Bueno, en teoría. A pesar de su imponente tamaño (2,04 m), el portero se sienta admirablemente bien y deja que Bastiais le ponga la cabeza justo delante. Como resultado, el balón se dirige hacia la portería, pero afortunadamente para GF 38, el capitán Gaëtan Paquiez está atento.
Este último envía una patata para (por fin) protegerse del peligro. El gesto es heroico, salvo que su compañero Mamadou Diarra tiene exactamente la misma idea. De dos posibles rescates, Grenoble se queda a cero. Pacquiez catapulta el balón hacia Diarra, para ofrecernos un bonito CSC. Cuando no quiere, no quiere.
A pesar de esta doble hazaña, los Grenoblois lo estropearon todo y ganaron 3-2 en el tiempo añadido. Un desperdicio sin nombre.
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