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Un peligro oculto para tus músculos y articulaciones.

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Los alimentos ultraprocesados, omnipresentes en nuestros platos modernos, no sólo dañan nuestra cintura.

Según un estudio presentado en el prestigioso congreso de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA) 2024, estos productos también son responsables de una infiltración de grasa en los músculos de nuestros muslos, visible en la resonancia magnética.

Una realidad preocupante que, a largo plazo, podría contribuir a la aparición de enfermedades degenerativas como la artrosis de rodilla y cadera.

El lado oculto de los alimentos ultraprocesados

Desde cereales industriales hasta bebidas energéticas, hot dogs y snacks envasados, los alimentos ultraprocesados ​​resultan atractivos por su conveniencia y larga vida útil.

Sin embargo, detrás de su atractivo se esconde una receta insidiosa: una mezcla de azúcar, sal, grasas saturadas y aditivos químicos, diseñada para estimular nuestros deseos y fomentar el consumo excesivo.

Estos alimentos, lejos de ser inofensivos, modifican la composición de nuestros músculos aumentando la cantidad de grasa intramuscular, fenómeno que ahora se puede medir mediante resonancia magnética (MRI).

Un estudio pionero sobre dieta y salud muscular

Dirigida por la Dra. Zehra Akkaya y su equipo de la Universidad de California en San Francisco, esta investigación utilizó datos de 666 participantes de la Osteoarthritis Initiative, un programa nacional destinado a comprender mejor la osteoartritis de rodilla.

Los resultados fueron sorprendentes: alrededor del 40% de los participantes consumían regularmente alimentos ultraprocesados, y este consumo se correlacionaba directamente con un aumento de grasa en los músculos de los muslos.

“Estos resultados permanecen constantes, independientemente de la ingesta calórica, el índice de masa corporal (IMC) o el nivel de actividad física”, especifica el Dr. Akkaya.

Las consecuencias en las articulaciones: un riesgo subestimado

La acumulación de grasa intramuscular no es sólo una cuestión de estética.

Se acompaña de un deterioro cuantitativo y funcional de la musculatura, favoreciendo la aparición y progresión de la artrosis.

“En la resonancia magnética, observamos vetas de grasa que reemplazan gradualmente las fibras musculares, un signo de verdadera degeneración”, explica el investigador.

Esta degradación muscular es especialmente preocupante porque afecta directamente a la estabilidad y movilidad de las articulaciones, aumentando el riesgo de dolor crónico y pérdida de autonomía.

Cambia tu asiento para proteger tus articulaciones

Ante estos hallazgos, la prevención se convierte en una prioridad.

“Abordar los factores modificables del estilo de vida, como una dieta saludable y una actividad física regular, es esencial para combatir la osteoartritis y sus costosas consecuencias para la salud pública”, enfatiza el Dr. Akkaya.

La osteoartritis, la principal causa de visitas no relacionadas con el cáncer en los Estados Unidos, es una carga global creciente.

Sin embargo, cambios simples, como reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, podrían proporcionar un impulso real a nuestro sistema de salud y mejorar la calidad de vida de millones de personas.

Un mensaje de esperanza para el futuro

Este estudio, único en su enfoque, destaca el impacto insospechado de la calidad de la dieta en la salud muscular.

“Comprender estos vínculos abre el camino a intervenciones clínicas innovadoras, basadas en recomendaciones dietéticas adaptadas”, concluye el Dr. Akkaya.

Mientras tanto, la clave parece estar en nuestros platos: favorecer los alimentos naturales, ricos en nutrientes, y decir adiós a los productos ultraprocesados ​​para preservar no sólo nuestra figura, sino también nuestras articulaciones y nuestra movilidad.

Una buena razón para redescubrir el placer de una dieta equilibrada y auténtica.

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