La dieta cetogénica puede estar indicada en la epilepsia refractaria en niños. Consiste en una dieta rica en lípidos, muy baja en hidratos de carbono, con generalmente de 2 a 4 veces más grasas que las no grasas (hidratos de carbono y proteínas). Por tanto, requiere modificaciones significativas y restrictivas en la dieta que justifiquen una atención multidisciplinar. Sin embargo, su impacto en el crecimiento de niños muy pequeños sigue siendo controvertido.
Un estudio publicado recientemente proporciona algunas respuestas a este punto. Los autores realizaron una revisión sistemática de la literatura, enumerando todos los artículos publicados sobre el tema, así como los datos de un estudio prospectivo que realizaron, incluyendo a 63 niños menores de 12 meses tratados con una dieta cetogénica, con un máximo de grasas. Relación no grasa de 3:1. El criterio de valoración principal fue la puntuación z mediana de la velocidad de crecimiento (expresada en cm) durante el primer año de vida, en comparación con los datos de la literatura.
Una revisión sistemática no concluyente
Luego de la revisión sistemática, se seleccionaron 7 estudios para el análisis, 2 estudios retrospectivos y 5 estudios prospectivos. Los autores enfrentan dificultades metodológicas porque en estos estudios no se menciona específicamente la tasa de crecimiento y no hay datos suficientes sobre factores importantes como la cantidad de proteína consumida, el grado de cetosis y la etiología de la enfermedad epiléptica. También señalan que, hasta 2010, los estudios realizados utilizaban ayuno, restricciones calóricas y proporciones grasas/no grasas > 3:1. En definitiva, no es posible sacar conclusiones suficientemente sólidas de este análisis.
Crecimiento preservado con una dieta cetogénica durante el primer año
El análisis del estudio prospectivo muestra, por otra parte, que la velocidad de crecimiento durante el primer año de vida con dieta cetogénica es superior a la reportada en la literatura, con un puntaje z de 1,03, a partir de los 3mi mes de dieta. Sin embargo, el examen de los criterios secundarios muestra que la mediana del z-score, en caso de continuación de la dieta en el segundo año de vida, es inferior a la de la población general. La aparición temprana de epilepsia también es un factor asociado con un crecimiento reducido.
En cuanto al peso, la puntuación z mediana aumenta ligeramente después de 3 meses de dieta y luego se estabiliza.
Durante el seguimiento, los retrasos en el crecimiento o la pérdida grave de peso fueron raros, excepto en 2 niños con encefalopatía epiléptica de causa desconocida. El estado nutricional de los niños se mantiene o incluso mejora durante el primer año.
Para los autores, la mejora del crecimiento tras 3 meses de dieta está sin duda ligada a la reducción de las convulsiones y al estrecho seguimiento nutricional de estos niños, así como a un elevado consumo de proteínas.
Piden que los estudios se centren ahora en la adaptación de las dietas cetogénicas, en particular en la posibilidad de utilizar proporciones más bajas de grasas y no grasas, y en su eficacia en niveles más bajos de cetosis, sin olvidar el caso particular de los niños menores de 3 meses. El análisis de las hormonas del crecimiento y el papel de la grelina constituyen otros campos de investigación.
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