Sin embargo, aproximadamente entre el 10% y el 15% de los pacientes en estos ensayos no respondieron al tratamiento y perdieron menos del 5% de su peso corporal.
Ahora que millones de personas han usado estos medicamentos, varios expertos en obesidad revelaron a The Associated Press que alrededor del 20 por ciento de los pacientes podrían no responder bien a los medicamentos. Es una consecuencia poco conocida del auge de los fármacos contra la obesidad, según los médicos que aconsejan a los pacientes impacientes que no esperen resultados uniformes.
“Se trata de explicar que cada persona reacciona de manera diferente”, dijo la Dra. Fatima Cody Stanford, especialista en obesidad del Hospital General de Massachusetts.
Los medicamentos se conocen como agonistas del receptor GLP-1 porque imitan una hormona del cuerpo conocida como péptido 1 similar al glucagón. La genética, las hormonas y la variabilidad en la forma en que el cerebro regula la energía pueden influir en el peso y en la respuesta de una persona a los medicamentos. Dijo Stanford. Condiciones médicas como la apnea del sueño pueden prevenir la pérdida de peso, al igual que algunos medicamentos comunes, como antidepresivos, esteroides y anticonceptivos.
“Esta es una enfermedad que se origina en el cerebro”, explicó el profesor Stanford. La disfunción puede ser diferente de un paciente a otro”.
A pesar de estas advertencias, los pacientes a menudo se molestan cuando comienzan a recibir las inyecciones semanales, pero los números en la escala apenas cambian.
“Puede ser devastador”, dijo la Dra. Katherine Saunders, especialista en obesidad de Weill Cornell Medicine y cofundadora de la empresa de tratamiento de la obesidad FlyteHealth. “Con expectativas tan altas, hay mucho margen para la decepción”.
Por lo general, se recetan medicamentos junto con cambios en la dieta y el estilo de vida.
Según el Dr. Jody Dushay, especialista en endocrinología del Centro Médico Beth Israel Deaconess, generalmente es posible saber en unas pocas semanas si una persona responderá a los medicamentos. La pérdida de peso generalmente comienza de inmediato y continúa a medida que aumenta la dosis.
Para algunos pacientes esto no sucede. Para otros, los efectos secundarios como náuseas, vómitos y diarrea los obligan a suspender los medicamentos, dijo el Dr. Dushay. En tales situaciones, los pacientes que dependían de nuevos medicamentos para bajar de peso pueden sentir que se han quedado sin opciones.
“Les digo que esto no ha terminado”, dijo el Dr. Dushay.
Puede resultar útil probar una versión diferente de la nueva clase de medicamentos. Según los expertos, otras personas responden bien a medicamentos más antiguos.
Cambiar los hábitos de dieta, ejercicio, sueño y estrés también puede tener efectos profundos.
Para descubrir qué funciona normalmente es necesario buscar la ayuda de un médico especializado en el tratamiento de la obesidad, señaló el Dr. Saunders.
“La obesidad es una enfermedad tan compleja que necesita un tratamiento muy integral”, afirmó. Si lo que prescribimos no funciona, siempre tenemos un plan de respaldo”.
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