El alcohol representa la segunda causa evitable de mortalidad por cáncer después del tabaco en Francia. Pero no todos los bebedores están en el mismo barco.
Y algunos acumulan conductas de riesgo. Ésta es la sorprendente conclusión a la que llegan investigadores de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, cuyo trabajo acaba de ser presentado en el Liver Meeting de San Diego.
¿Qué dice su trabajo? Los autores rastrearon los hábitos de bebida de 1.900 de sus compatriotas. Resultado: los consumidores exclusivos de cerveza tienen un perfil de salud menos favorable que los amantes del vino.
Así, los bebedores de cerveza se distinguen por:
- consumo de alimentos menos saludables;
- mayor ingesta diaria de calorías;
- actividad física reducida;
- una mayor propensión a fumar.
La Dra. Madeline Novack, autora principal del estudio, sugiere que estas diferencias podrían explicarse por el contexto de consumo. La cerveza suele asociarse con alimentos ricos en carbohidratos y bajos en fibra. A menudo alimentos salados y fritos que incitan a beber más. Mientras que el vino suele acompañar comidas más equilibradas.
El perfil típico del consumidor también es diferente: los bebedores de cerveza suelen ser hombres jóvenes, fumadores y con ingresos modestos. Características sociodemográficas que también pueden influir en la elección de alimentos.
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