LO ESENCIAL
- Según estudios recientes, la adicción a las pantallas entre los jóvenes, especialmente a través de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, daña su cerebro al afectar la atención, la memoria y la cognición.
- El uso excesivo de pantallas provoca una pérdida de materia gris y blanca en el lóbulo frontal, zona fundamental para el aprendizaje. En Estados Unidos, la demencia de aparición temprana ha aumentado considerablemente entre los adultos jóvenes desde 2012, coincidiendo con el auge de los teléfonos inteligentes.
- Aunque el vínculo causal no está probado, los expertos piden medidas regulatorias para limitar los efectos potencialmente duraderos del uso intensivo de pantallas.
¿Podría la adicción a las pantallas entre los jóvenes, en particular el uso intensivo de teléfonos inteligentes y redes sociales, estar causando un daño duradero a sus cerebros? Un metaanálisis de 34 estudios, realizado por investigadores de la Universidad Macquarie (Australia), revela déficits neuropsicológicos en niños y adolescentes con “trastornos por uso de pantallas”lo que afecta su atención, concentración y memoria. Las imágenes incluso muestran cambios en sus cerebros, en particular una reducción de la materia gris y blanca en el lóbulo frontal, un área crucial para las habilidades de aprendizaje.
La demencia temprana va en aumento
Los adolescentes australianos pasan ahora entre cuatro y seis horas al día en las redes sociales y hasta ocho horas al día frente a las pantallas para su ocio. Un estudio reciente encontró que quienes consultan con frecuencia sus redes sociales muestran cambios en áreas del cerebro relacionadas con las emociones, la motivación y las funciones cognitivas. Y con razón, el cerebro, según el principio de “úsalo o piérdelo” (úsalo o piérdelo), pierde su plasticidad en ausencia de una estimulación cognitiva regular, se lee en un comunicado de prensa. . En otras palabras, las conexiones neuronales que no se fortalecen corren el riesgo de deteriorarse, lo que puede tener efectos nocivos a largo plazo.
Considerada durante mucho tiempo una enfermedad de las personas mayores, la demencia ahora también afecta a los adultos jóvenes. En Australia, casi 29.000 personas menores de 65 años la padecen, cifra que podría aumentar a 4.000 en 2054. En Estados Unidos, las estadísticas son más alarmantes: de 2013 a 2017, la demencia de aparición temprana entre los 30 y los 44 años los de edad aumentaron un 373%. Tenga en cuenta que este aumento espectacular no se debe simplemente al progreso en el diagnóstico, ya que no todos los grupos de edad han experimentado tal pico.
¿Cómo podemos proteger mejor a los jóvenes de las pantallas?
Aunque la causa de este meteórico ascenso aún no está clara, algunos investigadores señalan la omnipresencia de los teléfonos inteligentes que, desde su auge en 2012, han transformado nuestra vida cotidiana. Si bien es cierto que correlación no significa necesariamente causalidad, la coincidencia es preocupante.
El aumento de la demencia temprana y los efectos cognitivos observados en los usuarios jóvenes de pantallas resaltan la necesidad de considerar medidas de protección. Iniciativas como los límites de edad para las redes sociales, la prohibición de los teléfonos en las escuelas y la legislación que alienta a las plataformas a asumir responsabilidades representan avances prometedores. Pero los expertos piden más trabajo, en particular estudios longitudinales para medir el impacto de esta exposición prolongada a las pantallas en toda una generación.
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