Los investigadores apoyan el tratamiento temprano de las dificultades para dormir.
Las necesidades y hábitos de sueño varían según la edad y la persona. Generalmente se recomienda que los adultos duerman al menos 7 horas por noche. Dormir menos de 6 horas se asocia con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión e incluso patologías cardíacas. Pero la falta de sueño también es perjudicial para el envejecimiento cerebral, según científicos de la Academia Estadounidense de Neurología.
Siguieron a 589 personas de alrededor de 40 años y les pidieron que completaran un cuestionario sobre sus hábitos de sueño. Luego buscaron los siguientes trastornos:
- si tuvieran una duración de sueño corta,
- mala calidad del sueño,
- dificultad para conciliar el sueño,
- despertarse temprano en la mañana,
- somnolencia diurna
Aproximadamente el 70% de los sujetos tenía 0 a 1 trastorno del sueño; El 22% tenía de 2 a 3 y el 8% tenía más de 3. Quince años después, los investigadores utilizaron exploraciones por resonancia magnética para determinar la edad del cerebro basándose en la atrofia relacionada con la edad. “Nuestro estudio sugiere que dormir mal (a los 40 años, nota del editor) está relacionado con casi tres años de envejecimiento cerebral adicional.declaró la profesora Clémence Cavaillès, una de las autoras del estudio cuyos resultados fueron publicados en la revista “Neurology”.
En concreto, las personas con 2 o 3 trastornos del sueño cuando tenían 40 años tenían cerebros 1,6 años mayores y aquellas con más de 3 trastornos del sueño tenían cerebros 2,6 años mayores, en comparación con aquellos que no tenían problemas para dormir bien. Según los investigadores, la mala calidad del sueño, la dificultad para conciliar y mantener el sueño y el despertar temprano en la mañana se asocian con una mayor edad cerebral, particularmente cuando estos trastornos persistieron durante los 5 años de seguimiento.
“Nuestros hallazgos resaltan la importancia de tratar los problemas del sueño en una etapa más temprana de la vida para preservar la salud del cerebro, lo que incluye mantener un horario de sueño regular, hacer ejercicio, evitar la cafeína y el alcohol antes de “ir a la cama y utilizar técnicas de relajación”.declaró para concluir la profesora Kristine Yaffe, profesora de psiquiatría y coautora del estudio.
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